CINE: El imperio caído
- Ari Méndez Alducin
- hace 7 días
- 4 Min. de lectura
Actualizado: hace 5 días

“La pantalla de cine fue durante mucho tiempo única e insustituible.” (Serroy, Lipovetsky, 2007).
Desde ya hace mucho tiempo en el mundo del entretenimiento se ha visto una enorme decaída tanto en la cantidad de productos cinematográficos de índole individual (como lo son películas auto conclusivas, películas de una sola parte o que no formen parte de algún tipo de saga) como en la diversificación de las historias contadas tanto en el cine como en la televisión, en parte la culpa, si se puede llamar de alguna forma, la tiene la llegada del Streaming ya que con este mismo se cae en cuenta de que esta nueva tecnología ha venido a reemplazar la dinámica establecida desde ya hace muchos años por la sociedad que busca entretenerse con el contenido hecho por las grandes productoras.

El universo del Séptimo Arte casi siempre se ha caracterizado por traernos historias impresionantes, deslumbrantes y poco posibles en un entorno tan normal y monótono como lo puede ser nuestra realidad, ¿Qué lugar llegan a tener las salas de cine en la batalla en contra de los servicios de Streaming?, si la gente prefiere visualizar los filmes en la comodidad de sus casas sin tener que acudir a la “experiencia” que es una sala de cine por el cambio que estos mismos suponen en el mundo del entretenimiento.
Esto me hace preguntar ¿Cuál es el verdadero problema? ¿El streaming era el último clavo en el ataúd del cine? ¿Qué pueden hacer las productoras y nosotros el público para remediarlo?
Si bien viene siendo cierto que en el cine puede pecarse algunas veces de falta de originalidad por parte de los creativos que realizan las producciones de grandes presupuestos (y con esto me estoy refiriendo tanto a películas como series en general) no se justifica que no se haga el esfuerzo por innovar en cuestiones de historias y no siempre utilizar los mismos recursos narrativos como los son la nostalgia, remakes innecesarios y secuelas que no respetan las dinámicas y el lore de su material de origen son cosas por la cual muchas producciones hoy en día fracasan estrepitosamente tanto con la crítica como en la taquilla.
El cine no deja de reinventarse e innovar debido a las exigencias tanto del público general, fanáticos de franquicias populares y crítica especializada. La inminente y anunciada muerte del cine está cada vez más cerca debido a muchos factores que implican mucho el recibimiento y concepción que la gente tiene de las producciones actuales y el poco interés que tienen los ejecutivos por crear el verdadero arte, por su parte solo buscan generar ganancias con los Blockbuster; por otra parte la llegada del Streaming es otro factor que hace más difícil que la gente tenga un mínimo interés por visitar una sala de cine con el único fin de entretenerse y ¿por qué lo harían? teniendo todo el entretenimiento posible al alcance de su mano, solo deben presionar un botón y ya está ven su serie o película favorita sin tener que salir de casa.
El entretenimiento ha recibido con el paso de los años ciertos cambios que obligan a los que se dedican a la creación de contenido a evolucionar junto con este mismo, sin embargo, hoy en día la sociedad ha bajado de formas muy exageradas y preocupantes hasta cierto punto sus estándares con respecto a la creación de contenido multimedia y esto les ha dado rienda suelta a los estudios para hacer lo que se le conoce hoy en día como “contenido basura” o al menos así es como mucha gente cataloga a la mayoría de las peliculas y series producidas hoy en día.
En tiempos modernos se ha visto un incremento en la producción de contenido audiovisual (peliculas, series y/o cortometrajes) con la temática conocida como woke esto con el fin de incluir a ciertos sectores de la población como lo pueden ser la comunidad LGBTQI+, personas afrodescendientes, personas discapacitadas, de etnias distintas, entre otros más; por si sola esta temática no representa un mal sin embargo la forma en la que se aborda y introduce en la cultura popular tiende a ser poco beneficiosa para “la causa” o el objetivo principal que lo que busca es dar visibilidad a estos grupos.
Este tema se puede ejemplificar muy bien con la reciente situación de la película de “Blancanieves” de Disney que con declaraciones por parte de su protagonista (Rachel Zegler) ha ido poco a poco sepultando el proyecto debido a su desconocimiento y falta de empatía hacia los ideales que dice representar; es por ello que se debe tener mucho cuidado al momento de hablar de temas sociales ya que cada cosa que dices te hunde o te eleva.

Me despido con una ultima reflexión acerca de la situación de “la falta de originalidad” en la escritura de nuevas historias, ya que, en la mayoría de las situaciones no depende del escritor el ser poco original sino que la responsabilidad es de los ejecutivos de los grandes estudios como lo son Warner Bros, Sony, Netflix, entre muchos otros los que meten mano a las producciones y cambian muchas cosas de las tramas para que se “adecuen a una agenda” ya sea política o ideológica; este es el punto que muchas veces pasamos por alto los críticos del medio y atacamos ferozmente a los artistas que dieron lo mejor de si para poder escribir esa historia y creo desde la perspectiva de un cinéfilo a hueso colorado que eso tiene que cambiar ya.
Nos leemos a la próxima y buena vida a todos y todas.
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