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  • Elisa G. Cuevas Landero

Las conchavirus en tiempos de pan-demia

¿Reír? ¿Acaso nos preocupamos alguna vez por reír?

quiero decir reír de veras, más allá de la broma,

de la burla, del ridículo.

Reír goce inmenso y delicioso, todo goce…

Milán Kundera

Una hipótesis reciente atribuye

la expresión de dicha extática de

muchas de las figurillas a los efectos de una

droga ingerida antes del sacrificio

Octavio Paz

Un escalofrío recorre el mundo; no lo provoca esta vez el fantasma del comunismo que, en algún momento de la historia, pese a todo la propensión en su contra, promovía el sentido de la esperanza por un futuro mejor; ahora el escalofrío lo siente también el fantasma, es un fantasma de la destrucción, muerto de miedo, él mismo, tiene fiebre y padece de fuertes dolores; ya no finca esperanza en el futuro, él está vencido: es un ente que nos asusta y paraliza de pavor porque nos hunde en el fango de la aprensión por todo: por saludar de mano, por pretender dar besos, por abrazar, al pretender comer sin haber sanitizado las manos -no lavado, sino sanitizado-, al no poder pasear en el parque, no poder asistir a una función de teatro o cine, por no poder hospedarse en un hotel, por no poder comer en ningún restaurante, porque ha quedado cancelado ir de vacaciones, no poder visitar el mar, los cenotes, la selva o la montaña en grupo, etc.

Lo que hasta ayer era normal y corriente, hoy puede ser letal. Aunque se firmen acuerdos contra el fantasma del mal en todo el mundo, él avanza y se lleva a cientos de miles de habitantes. Los síntomas son terribles, fiebre muy alta, dificultad para respirar, neumonía, dolor en los músculos, y, lo peor, para los que sobreviven: la inexorabilidad del encierro en una jaula de hierro, como aquella a la que se refería Max Weber a inicios del siglo XX. Sigue siendo una realidad un siglo después y aunque la jaula no es de hierro, de hecho, de ningún metal y, la jaula es metafórica, nos encierra como si estuviera hecha de tungsteno con una clave indescifrable en la cerradura; debido al temor que a todos nos han impuesto de salir, aunque sea únicamente a la calle.

Aunque la esperanza fincada en que pronto se levanten las reglas del estado de excepción, el pesimismo nos derriba. Por ello es por lo que en México nos negamos al abatimiento total y hay actividades que nos hacen sonreír y hasta carcajear como nunca. Para evitar la caída total; por ello es que nos da por trocar el llanto, en risa.

Así, por ejemplo, todos los medios actuales de comunicación (acordemos en llamarlos así, aunque no siempre comunican) han sido tomados para acompañar a las noticias sobre la evolución del virus de una forma jocosa. Por ejemplo, los programas de comicidad de los canales de YouTube; o los memes, que se producen, con tal rapidez, que no acaba la risa sobre uno, cuando ya llegó el otro, a través del WhatsApp, del Facebook, de Twitter, de los periódicos y las revistas virtuales o impresos y un sinfín de chistes trasmitidos de persona a persona, a pesar del aislamiento, son el pan cotidiano para aligerarnos la vida en aislamiento (no digo cuarentena porque ya son más de 40 días los que llevamos de “quedarnos en casa”).

Sobre la trágica situación, hay pues quien aprovecha en forma creativa el suceso para hacernos experimentar un motivo para el disfrute. Ríe que algo queda…Ya que nos negamos a ver que hemos entrado en una situación que ya no será la misma que hasta antes del 23 de marzo del 2020 -en el caso de México.

Así, mientras en el mundo han muerto hasta el momento casi 81,000 personas y hay 1,407,124 infectadas por la pandemia provocada por el Coronavirus o sars-covid-19 [1], en México no sólo hay memes, hay otro tipo de manifestaciones creativas que incluso se pueden comer:

 

[1] https://www.bbc.com/mundo/noticias-51705060 [Consultado el 7 de abril de 2020]. Cuando comencé a escribir estas opiniones, las cifras eran: 40 mil muertos y 800 mil infectados. Las cifras aumentan a cada momento, por lo cual es imposible tener una cifra exacta sobre esto. Lo que publicamos corresponde a los primeros días de abril de 2020.

 

Nos referimos al pan tan famoso al menos en la Ciudad de México: la concha. Los panaderos que de por sí son sumamente creativos al elaborar y bautizar sus panes[2], hoy encontraron un motivo para rebautizar a la concha. Dada la pandemia (pan-demia) se fabrican y venden conchas, con bastante éxito, ya que las han elaborado con la forma y el color del virus[3].

Guiados por el refrán, las penas con pan son buenas, los panaderos mexicanos plenos de creatividad han descubierto la manera de aligerar la pena que causa la muerte e infección de tantas personas en México y el mundo, con panes que, como dice ese refrán, ayudan a aligerar las penas[4]. Ríase usted, las han llamado Conchavirus.

 

[2] Sugiero escuchar la canción La chilindrina, que versa sobre el pan, de la autoría de Chava Flores, autor de un sinnúmero de canciones en las cuales describe mucho de la vida tradicional de la gran urbe que fue la CDMD -el DF ya murió-; donde hace una enumeración de la cantidad de panes con nombres peculiares que se vendían (algunos todavía conservan sus nombres pese a la globalización panera) y que resulta muy jocoso escucharlos en voz de este gran juglar de México. Se puede ver el video en el cual aparece el autor cantando el tema en el siguiente enlace:

[3] La primera y la tercera imagen son tomadas del diario Excelsior, en su versión digital:

https://www.excelsior.com.mx/trending/crean-la-conchavirus-ideal-para-disfrutar-en-casa/1371069 [Consultado: 20 de marzo de 2020]. Y del diario Milenio también en su versión digital. https://www.milenio.com/virales/coronavirus-iztapalapa-crea-conchavirus-pan-cdmx [Consultado: el 24 de marzo de 2020].

La segunda imagen es tomada del Show News.

https://www.show.news/trending/Conchavirus-el-pan-con-forma-de-coronavirus-para-aligerar-la-cuarentena--20200324-0016.html [Consultado: el 24 de marzo de 2020].

[4] Proverbio popular del cual existen dos versiones: Las penas con pan son buenas y Las penas con pan son menos. Aquí elegimos la más popular y que además va más a propósito de estos comentarios.

 

La familia Rivas del ramo panadero bajo el lema Pan-demia nombra con una gran muestra de ingenio a sus exquisitos productos conchavirus. Con un costo de seis pesos y cincuenta centavos la pieza, las conchavirus (tomando como base los panes tradicionales mexicanos llamados Conchas), se venden en la Alcaldía Iztapalapa de la ciudad de México. Muy cerca del penal de Santa Martha Acatitla.

Dado el éxito que tuvieron desde el primer día en que se vendieron treinta, en menos de una hora, ahora producen 300 al día y aumentaron la variedad al vender también las mantecovirus enfundadas en sus papelitos ondulados de color rojo. Sin duda, un éxito para los dueños de esta panadería que, podría retar a cualquiera de las cadenas de franquicia, a vender más que ellas con esta novedad.

Aunque hay quienes sugieren que fue en el estado de Morelos donde primero se produjeron las conchavirus, y que, si no fue en la ciudad de México o en el Estado de México, la verdad es que no importa porque seguramente se les ocurrió a varios a la vez y sin duda la variedad es grande. Aquí otras imágenes[5].

 

[5] Imágenes tomadas de los diarios El Heraldo:

https://heraldodemexico.com.mx/tendencias/concha-coronavirus-meme-conchavirus-pan-fotos-ingenio-mexicano-covid19-panaderia [Consultado: el 7 de abril de 2020]. Y el video donde aparecen las imágenes de Rosy’s Bakery, están en Abc news: https://abc7chicago.com/6050827/ [Consultado el 30 de marzo de 2020].

 

Los panaderos mexicanos incluso han hecho un reto a un panadero de origen latino para fabricar su propio estilo de conchavirus y la verdad superó el diseño mexicano, aunque al ver su producto ya no parece una concha (pero sí se parece más al virus que hemos visto caricaturizado en los medios). Esto en la Rosy’s bakery de Eddie Vazquez en los Estados Unidos.

¿De dónde nos viene esa costumbre de comernos la muerte a trozos en forma de calaverita de azúcar de chocolate o de amaranto -pregunta planteada un sinnúmero de ocasiones y respondida de muy diversas maneras-? ¿Es para recordarnos que la muerte es vida si la entendemos como un juego con principio y fin que se suceden coetánea e infinitamente?

¿Por qué encuentra el mexicano en un suceso así de funesto la oportunidad para ser creativo en el sarcasmo, la creación o la risa? ¿Por qué nos provoca risa el más trágico de los sucesos? ¿Reímos para no llorar? ¿Reímos para no tocar fondo en el dolor que nos podría llevar a una situación desesperada; haciéndonos padecer la frustración por lo que no podemos remediar?

Recordando las palabras del premio nobel de literatura mexicano, en uno de sus textos recogido en la colección, México en la obra de Octavio Paz, encontramos algunas posibles respuestas a estas interrogantes. Para Paz la risa es propia de los dioses mesoamericanos; la risa es alegría, es luz y es complicidad. ¿De qué o con quién y por qué reír?

Es muy bella la respuesta que encontramos en Paz al respecto.

ÉL nos hace reír y reímos con él: el SOL, así con mayúsculas, es el dios del esplendor y de la vida; está en todas partes, aunque no tenga un cuerpo para trasladarse. Es nuestro Dios Sol que lucha contra toda enfermedad y ahora contra el fantasma enfermo, con el cual seguramente terminará pronto. Al ver y sentir lo que provocan sus rayos que traspasan la cortina de una ventana en un cuarto, sabiendo que ha cruzado montañas, ríos, desiertos, mares y playas, antes de llegar hasta ese punto es casi mágico experimentar su presencia. Al llegar a una Carita Sonriente de esas que se producían en lo que ahora es el Tajín, en Veracruz o cualquiera de los estados donde la cultura totonaca, teotihuacana u olmeca anidaron -por mencionar a sólo tres-, Paz se pregunta:

¿De quién o por qué se ríe la cabecita del tercer estante? [Carita Sonriente que Paz poseía y tenía colocada en la parte superior de su librero]. Ríe con el sol. Hay una complicidad, cuya naturaleza no acierto a desentrañar, entre su risa y la luz. Con los ojos entrecerrados y su boca entreabierta, mostrando apenas la lengua, juega con el sol como la bañista con el agua […] ¿Ríe de los hombres? […] Ríe para germinar y para que germine la mañana. Reír es una manera de nacer (la otra, la nuestra, es llorar). La risa de la cabecita es distinta. El sol lo sabe y calla. Está en el secreto y no lo dice; o lo dice con palabras que no entiendo […]

No es difícil descubrir en las figurillas totonacas un eco de estas recetas mágicas. Su risa es comunicativa y contagiosa; es una invitación a la animación general […] Las figuritas nos revelan un reino muy antiguo: la risa mágica […] La risa cósmica es una risa pueril. Hoy sólo los niños ríen con una sonrisa que recuerda a la de las figuritas totonacas.[6]

 

[6] Paz, Octavio. “Risa y penitencia” en México en la obra de Octavio Paz. México: FCE, 1989, volumen 7, p. 99-100 y 111.

 

Si como dice Paz la risa es tan antigua que es anterior a los dioses y por ello está representada tan perfectamente en las caritas sonrientes, he ahí el origen de la capacidad de reírnos aun ante la tragedia más grande, porque la risa -así como el sol- es nuestra desde el origen. La risa representada en dichas caritas nos lleva a la animación general, como dice Paz, y no a la tristeza o al llanto. Y es que la risa de a de veras, la espontánea, la estridente, la no fingida, es una explosión positiva de lo que podría ser absolutamente negativo, si el asunto que la causa fuese tomado en serio. La risa es pueril, como la de las caritas sonrientes. Porque cuando las cosas van en serio, todo se nubla, se oscurece y acaba por ocasionar la destrucción.

Por esa razón el comunismo ruso, por ejemplo, acabó con la risa. Todo eran máscaras que parecían sonreír, pero en realidad escondían la muerte, escondían a los muertos que sacrificó el sistema; mismos que Milán Kundera observa con angustia, aunque él prefiere ver que flotan, que bailan, que tienen alas y se elevan al cielo, como la maestra y los alumnos a los que describe en su novela El libro de la risa y el olvido.[7]

 

[7] Kundera, Milán. El libro de la risa y el olvido. México: Seix Barral, 1987, pp. 85-115.

 

Nosotros preferimos comernos al virus en forma de pan o galleta antes que nos ataque; inventar chistes sin fin sobre el sismo del 85, la tranza o corrupción, el alcoholismo y la ignorancia de algunos presidentes, para sublimar lo que nos afecta como población mayoritaria; o comernos a la muerte en calavera de azúcar antes de que nos alcance.

La risa como tradición cultural permite que conservemos la memoria. Debido a que es más fácil transmitir y preservar los hechos a través de la alegría que, heredarlos envueltos en el llanto, la sangre y la tristeza. Los pueblos que no ríen y les es arrebatada tal posibilidad suelen perder la memoria y, en consecuencia, entristecen y mueren. Como le sucedió a Checoslovaquia, como podemos leer en la sentencia siguiente del mismo autor:

  • Para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria […]

  • ¿Y el idioma?

  • ¿Para qué nos lo iban a quitar? Se convierte en un mero folklore que muere al cabo de un tiempo, de muerte natural.

¿Era una hipérbole dictada por la enorme tristeza?

¿O es cierto que ninguna nación atraviesa con vida el desierto del olvido organizado?

Ninguno de nosotros conoce lo que está por venir. Pero hay algo que es cierto. En sus momentos de clarividencia, la nación checa puede ver de cerca, frente a frente, la imagen de su muerte.

No como posibilidad totalmente concreta. Su muerte está con ella.[8]

 

[8] Ibid., pp. 227-228.

 

Sin ser ninguna clase de adivino Kundera supo ver cómo Checoslovaquia presenciaba la muerte debido a que el pueblo checo perdió la sonrisa y su memoria y, en consecuencia su memoria; al dejar de transmitir los mensajes entusiastas sobre la cultura e historia de la que algún día les causaba entusiasmo y de la que estuvieron orgullosos. Eso le bastó saber para preconizar el fin del comunismo en su país. Por ello esta triste historia es narrada por el autor a manera de novela, publicada con el título de El libro de la risa y el olvido porque en efecto pueblo que no ríe, no vive y pierde su memoria.

Kundera no sólo preconiza el final de la república socialista checa, sino que vaticina el final del llamado comunismo real y de toda una etapa de la cultura mundial; cuando dos de los personajes de la novela, Jan y Dupont disertan sobre el fin de la época actual, señalan que es el fin de la era judeo-cristiana; de Europa; y del comunismo; Kundera en voz de dichos personajes señala que lo revolucionario de su época es algo muy distinto:

La civilización actual está a punto de desaparecer y la humanidad por fin se librará de la carga del pensamiento judeo-cristiano […] Nada de revolución mundial. Estamos viviendo una gran época histórica en la que el amor físico se transformará definitivamente en movimientos ridículos […] Cuando se traspasa la frontera suena la risa fatal. ¿Pero si se va aún más allá, más allá de la risa?[9]

 

[9] Ibid., pp. 309-311.

 

Para el literato checo ir más allá de la risa es el sueño, es la nada, es la muerte; como les pasó a los dioses griegos que antes participaban animadamente de las historias de los hombres, a quienes miraban desde el Olimpo y se ocupaban de sus historias y sonreían, ahora ya no les interesan, ya no sonríen, ni se ocupan de ellos “hace ya tiempo que están dormidos” tal y como quedó Checoslovaquia. [10]

 

[10] Ibid., p. 312.

 

Existe un autor contemporáneo Slavoj Žižek (filósofo y sociólogo, nacido en un país también socialista desintegrado, Yugoslavia), que ha sido publicado en una colección que ha reunido varios ensayos de escritores del mundo con motivo del coronavirus para quien justo hoy, después de algunos años de publicado El libro de la risa y el olvido, argumenta asimismo sobre el fin de una época, aunque no de la caída del comunismo sino de la reinvención de éste:

La propagación continua de la epidemia de coronavirus -afirma Žižek- también ha desencadenado grandes epidemias de virus ideológicos que estaban latentes en nuestras sociedades: noticias falsas, teorías de conspiración paranoicas, explosiones de racismo […]

A menudo se escucha especulación de que el coronavirus puede conducir a la caída del gobierno comunista en China, de la misma manera que (como el mismo Gorbachov admitió) la catástrofe de Chernóbil fue el evento que desencadenó el fin del comunismo soviético. Pero aquí hay una paradoja: el coronavirus también nos obligará a reinventar el comunismo basado en la confianza en las personas y en la ciencia.[11]

 

[11] Žižek, Slavoj, et al. Sopa de Wuhan. Argentina: Pablo Amadeo Editor, marzo de 2020, p. 223.

 

Concluyendo sobre el tema de la risa…

A la risa mesoamericana, u originaria de nuestro país, le acompaña otro elemento que la hace distinta a la risa de otras culturas y a las tragedias vividas por el socialismo real: el placer. Éste es una clave del hombre, sostiene Octavio Paz, porque es “nostalgia de la unidad original y anuncio de reconciliación con el mundo y con nosotros mismos”[12] Risa y placer nos ata como cultura a los orígenes. Así que ¿cómo no vamos a reír los mexicanos? Somos risa y placer desde el origen. Aunque hay otras expresiones que podrían no ser precisamente empáticas con la risa, como el trabajo -que abole la risa- y el rito -que congela la sonrisa y la vuelve rictus-; de cualquier manera, reímos, porque la risa es la expresión de la más alta cultura mesoamericana.

 

[12] Paz, Octavio. “Risa y penitencia” en México en la obra de Octavio Paz. México: FCE, 1989, volumen 7, p. 113.

 

Así que sigamos riendo y disfrutando de las conchavirus, las mantecovirus y las galletavirus, las cuarentenas[13], hamburguesavirus y todo aquello que resulta creativo en una época en que podría ser peor el encierro si no tuviéramos por qué y con quién reírnos.

 

[13] SDP noticias, sobre las cuarentenas. https://www.sdpnoticias.com/sorprendente/crean-galletas-en-cuarentena-para-acompanar-a-las-conchavirus.htm [Consultado: 8 de abril de 2020].

 

 

[1] https://www.bbc.com/mundo/noticias-51705060 [Consultado el 7 de abril de 2020]. Cuando comencé a escribir estas opiniones, las cifras eran: 40 mil muertos y 800 mil infectados. Las cifras aumentan a cada momento, por lo cual es imposible tener una cifra exacta sobre esto. Lo que publicamos corresponde a los primeros días de abril de 2020.

[2] La primera y la tercera imagen son tomadas del diario Excelsior, en su versión digital:

https://www.excelsior.com.mx/trending/crean-la-conchavirus-ideal-para-disfrutar-en-casa/1371069 [Consultado: 20 de marzo de 2020]. Y del diario Milenio también en su versión digital. https://www.milenio.com/virales/coronavirus-iztapalapa-crea-conchavirus-pan-cdmx [Consultado: el 24 de marzo de 2020].

La segunda imagen es tomada del Show News.

https://www.show.news/trending/Conchavirus-el-pan-con-forma-de-coronavirus-para-aligerar-la-cuarentena--20200324-0016.html [Consultado: el 24 de marzo de 2020].

[3] Proverbio popular del cual existen dos versiones: Las penas con pan son buenas y Las penas con pan son menos. Aquí elegimos la más popular y que además va más a propósito de estos comentarios.

[4] Imágenes tomadas de los diarios El Heraldo:

https://heraldodemexico.com.mx/tendencias/concha-coronavirus-meme-conchavirus-pan-fotos-ingenio-mexicano-covid19-panaderia [Consultado: el 7 de abril de 2020]. Y el video donde aparecen las imágenes de Rosy’s Bakery, están en Abc news: https://abc7chicago.com/6050827/ [Consultado el 30 de marzo de 2020].

[5] Paz, Octavio. “Risa y penitencia” en México en la obra de Octavio Paz. México: FCE, 1989, volumen 7, p. 99-100 y 111.

[6] Kundera, Milán. El libro de la risa y el olvido. México: Seix Barral, 1987, pp. 85-115.

[7] Ibid., pp. 227-228.

[8] Ibid., pp. 309-311.

[9] Ibid., p. 312.

[10] Žižek, Slavoj, et al. Sopa de Wuhan. Argentina: Pablo Amadeo Editor, marzo de 2020, p. 223.

[11] Paz, Octavio. “Risa y penitencia” en México en la obra de Octavio Paz. México: FCE, 1989, volumen 7, p. 113.

[12] SDP noticias, sobre las cuarentenas. https://www.sdpnoticias.com/sorprendente/crean-galletas-en-cuarentena-para-acompanar-a-las-conchavirus.htm [Consultado: 8 de abril de 2020].

 

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