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  • Ángel Dupuy Santiago

La religión y la creencia en dios en el mundo contemporáneo IV: Yuval Noah Harari



YUVAL NOAH HARARI Y SU IDEA DE LA RELIGIÓN: LAS IDEOLOGÍAS, LAS RELIGIONES Y EL CULTO A LOS HOMBRES IV


Yuval Harari es un profesor, historiador y escritor israelí, docente en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Es relativamente joven y escribió el libro de Sapiens que se convirtió en un éxito mundial y ha tenido gran difusión en esta época de pandemia y de crisis en las sociedades humanas. Ha escrito otras obras también.[28]

[28] Además de Sapiens, tiene Breve historia del mañana, Editorial Debate, España, 2016 y 21 lecciones para el Siglo XXI. Penguin Random House, Debate, España, 2018.



Yuval Harari plantea que el actual ser humano, que se autonombró “sabio” (Sapiens), es resultado de una evolución, lucha y desarrollo de miles de años. Dejó atrás a otras especies (Homo Neerdentalensis, Homo Australopithecos, Homo Erectus, Homo Soloensis, Homo Denisova, Homo Rudelfecie y Homo Ergastar) y se impuso como especie dominante por varios métodos o situaciones (la religión es una de ellas).

Hace aproximadamente más de 100 mil años, dejó también atrás al hombre cazador, recolector y agricultor, no siempre con buenos resultados, pues es fácil pensar que el cazador, recolector, por ejemplo, eran quizá más felices y vivían de conformidad con la Naturaleza. Hoy, el Sapiens moderno tiene o padece mucho estrés, ha destruido y transformado el medio ambiente como no lo hicieron las demás especies. Hasta los animales y las plantas han sido objeto de esta destrucción masiva.


El Sapiens ha tomado un camino en donde se ha transformado de animal hasta creerse un dios. Y la manera en que ha imaginado y creado muchas ideas según su conveniencia, es lo más característico de esta especie totalmente depredadora. En el caso de la religión, nuestro tema central, se aprecia claramente. ese “modus operandi”.


Primero, con la “creación” de la misma idea de la religión, en donde ésta aparece como un gran invento “homogeneizar” a los seres humanos que, aunque no se conocen entre sí profunda y físicamente, los hace sentirse identificados. Al traspasar el nomadismo, hacerse sedentarios y, por lo tanto, agrupado con otros semejantes, la religión los hace sentirse iguales y seguros.

El sapiens tendrá asimismo otras creaciones o creencias que jugarán otros papeles, pero le servirán para dominar cada vez más el medio circundante.

Dice Yuval Harari que a menudo pensamos que en los últimos 300 años se han dejado atrás las religiones y somos más seculares. Pero si hablamos de las religiones teístas (las que creen en un dios o algo sobrenatural), esto es correcto. Pero si analizamos las creencias de orden natural o humano (el liberalismo, el capitalismo, el nacionalsocialismo, el nazismo, el feminismo y casi todo lo que termine en "ismo", esto no es así.

A estas creencias NO les gusta que se les llame religiones, y se refieren a sí mismas como "ideologías". Pero esto es sólo semántico.

"Si una religión es un sistema de normas y valores humanos que se fundamenta en la creencia en un orden sobrehumano, entonces el comunismo soviético no era menos religión que el islamismo”[29].

[29] HARARI, Yuval Noah, Sapiens Op. cit. 238.



Desde luego, el islam es diferente del comunismo, porque el islam considera que el orden sobrehumano que gobierna el mundo es el edicto de un dios creador omnipotente, mientras que el comunismo soviético no creía en dioses", pero adoraban a los creadores de su ideología como dioses.


Al igual que los budistas, los comunistas creían en un orden sobrehumano de leyes naturales e inmutables que debían guiar las acciones humanas.

El fanatismo, en todos los casos, aparece y ahora no hay las famosas "guerras religiosas" como antaño, pero igualmente hay conflictos muy fuertes por esas ideologías que tienen un orden que sobrepasa al ser humano común y corriente.

De ahí que el budismo, el islamismo y el comunismo, se convierten en religiones porque son sistemas de normas y valores humanos que se fundamentan en la creencia de un orden sobrehumano. (Adviértase la diferencia entre «sobrehumano» y «sobrenatural». La ley de la naturaleza budista y las leyes de la historia marxista son sobrehumanas, puesto que no fueron legisladas por humanos, pero no son sobrenaturales).

Con respecto a las características de la religión, por ejemplo, afloran las contradicciones. Los humanos, dice Yuval Harari, poseemos una maravillosa capacidad para creer en contradicciones. En materia religiosa, por ejemplo, dice que no debería ser ninguna sorpresa que millones de piadosos cristianos, musulmanes y judíos consigan creer a la vez en un Dios omnipotente y en un Diablo independiente.

Incontables cristianos, musulmanes y judíos han ido más lejos y han llegado a imaginar que el buen Dios necesita incluso nuestra ayuda en su lucha contra el Diablo, lo que, entre otras cosas, inspiró la convocatoria de yihads y las cruzadas.

Así, no es extraño la existencia de radicales "guerreros" del bien, que se convierten en terroristas con tal de "destruir" al enemigo (cualquiera que no crea en "su religión"). Los ejemplos abundan, como lo señalamos anteriormente, y van desde el derrumbe de las Torres Gemelas en Nueva York, hasta los atentados terroristas en Francia con motivo de que una revista se “atrevió” a publicar unas caricaturas de Mahoma. Los atentados fueron terribles y todo porque, en aras de la libertad de expresión en el país que inventó ese concepto, alguien se atrevió a cometer blasfemia, es decir, burlarse o mofarse de una figura religiosa central en esa concepción.


Otro concepto dualista clave, nos sigue comentando Yuval Harari, en particular en el gnosticismo y el maniqueísmo, es la distinción entre "cuerpo" y "alma", pero que todas las religiones recogen y plantean que lo más importante en el ser humano es el aspecto espiritual. Y como la Psicología moderna no ha logrado descifrar el completo comportamiento de la mente humana y sus extremadas complejidades, pues ahí está lo "maravilloso" del ser humano.

Pero también ahí, decimos nosotros, radica lo más escabroso de las personas, sobre todo cuando se analizan las mentes de los criminales, asesinos seriales, de simples homicidas y feminicidas que matan nada más por placer, de los fanáticos y de muchas personas que realmente NO sabemos por qué hacen lo que hacen. Cosas para pensarse.

Un aspecto interesante de estas “contradicciones” que plantea Yuval Hariri es también, por ejemplo, la ideología de los “derechos humanos”, fruto de la Revolución Francesa y que hoy en día es una religión y dogma en los llamados Estados democráticos. El caso de la enorme contradicción entre la “libertad” y la “igualdad”. La verdad es que o se obtiene una o la otra, pues si se quiere que exista una verdadera igualdad entre los seres humanos, se tiene forzosamente que limitar la libertad. Lo demás es demagogia.

Otra cuestión también interesante que define a una religión de otra, es, por ejemplo, el objetivo final del ser humano, y no me refiero a la muerte, pues en todas es aceptado ese hecho, aunque obviamente se les da diferente significado. Veamos someramente el caso del budismo y la felicidad.


En virtud de que casi siempre el ser humano está insatisfecho, dice Yuval Harari, siempre quiere algo más y nunca está conforme, la infelicidad lo acompaña la mayor parte de su vida, a menos que logre controlar ese deseo de insatisfacción y controle el placer. Las religiones actúan de esa manera, tratan de que el ser humano controle sus pasiones, deseos y placeres, pero en beneficio de un supuesto ser supremo a quien hay que entregarse en cuerpo y alma. Así entonces, el sufrimiento acompaña a la mayoría de las religiones.

El budismo, sin ser una religión que pregone la creencia absoluta en dios, se plantea esa misión. Buda, que significa «el Iluminado». pasó el resto de su vida explicando sus descubrimientos a otros, para que todos pudieran liberarse del sufrimiento. Resumió sus enseñanzas en una única ley: el sufrimiento surge del deseo; la única manera de liberarse completamente del sufrimiento es liberarse completamente del deseo; y la única manera de liberarse del deseo es educar la mente para experimentar la realidad tal como es.

Esta ley, conocida como dharma o dhamma, es considerada por los budistas como una ley universal de la naturaleza. Que «el sufrimiento surge del deseo» es verdad siempre y en todas partes, al igual que en la física moderna E siempre es igual a mc2. Desafortunadamente, el budismo ha fracasado en parte, pues los seres humanos no quieren o no pueden dejar de creer en dioses.

Un aspecto interesante también de algunas religiones es la tolerancia hacia otras o a formas de pensar diferente.

Dice Yuval Harari que la religión ha sido la tercera gran unificadora de la humanidad, junto con el dinero y los imperios. Puesto que todos los órdenes y las jerarquías sociales son imaginados[30], todos son frágiles, y cuanto mayor es la sociedad, más frágil es. El papel histórico crucial de la religión ha consistido en conferir legitimidad sobrehumana a estas frágiles estructuras. Como es imposible que todos los seres humanos nos conozcamos entre sí, por medio de la religión nos sentimos que formamos parte del grupo, aunque no sepamos nada del vecino. (Aquí parece Durkheim también).


[30] Aunque ya hemos mencionado varias veces esta idea de “imaginados”, es quizá necesario precisar que NO se refiere a “irreales”. Quiere decir que, como toda organización social es construida “convencionalmente”, o sea, no es algo que la Naturaleza la proporcione, sino que el ser humano la ha “creado” o “imaginado”.



También señala que los dos grandes tipos de religión a lo largo de la Historia humana, la politeísta y monoteísta, tienen también muchas diferencias en su tolerancia. Mientras que la politeísta es mucho más tolerante, la monoteísta es francamente intolerante.

Los pueblos con religión politeísta no intentaban convertir a sus súbditos e, incluso, en muchas ocasiones "adoptaban" los dioses de los pueblos conquistados. Esto fue así en el caso de la mitologías griega y romana. Los aztecas también tenían esa modalidad. No les importaba que los pueblos conquistados tenían otros dioses, mientras pagaran impuestos. Los romanos solamente se lanzaron contra el cristianismo cuando éste amenazó los cimientos del imperio.


La religión monoteísta, en cambio, literalmente obligaba a los pueblos conquistados a creer en su dios o el castigo era la muerte. A lo largo de los siguientes 1,500 años de la conversión de Constantino al cristianismo, los cristianos masacraron a millones de correligionarios para defender interpretaciones ligeramente distintas de la supuestamente religión del amor y la compasión.

Y no sólo con respecto a otras religiones, sino que dentro del mismo cristianismo surgieron grandes divisiones entre protestantes y católicos que derivaron en ríos de sangre, solamente por tener una diferente concepción de la misma religión.

Estas disputas teológicas se volvieron tan violentas que, durante los siglos XVI y XVII, los católicos y los protestantes se mataron unos a otros por cientos de miles. El 23 de agosto de 1572, por ejemplo, los católicos franceses, que señalaban la importancia de las buenas obras, atacaron a comunidades de protestantes franceses, que destacaban el amor de Dios por la humanidad. En este ataque, la Matanza del Día de San Bartolomé, entre 5.000 y 10.000 protestantes fueron asesinados en menos de veinticuatro horas.

Cuando al Papa de Roma le llegaron las noticias de Francia, quedó tan embargado por la alegría que organizó plegarias festivas para celebrar la ocasión, y encargó a Giorgio Vasari que decorara una de las salas del Vaticano con un fresco de la matanza (en la actualidad el acceso a la sala está vedado a los visitantes). Durante esas veinticuatro horas murieron más cristianos a manos de otros cristianos que a manos del Imperio romano politeísta a lo largo de toda su existencia.[31]


¿Habremos superado esa etapa de intolerancia? Habría que preguntarles a los extremistas islamistas, como ya hemos visto. O a los judíos, que siguen conservando por siglos sus prácticas religiosas en lo que se refiere a la discriminación a la mujer en muchos aspectos. Y no es difícil saber que incluso la ideología de los Derechos Humanos en lo que se refiere a la cuestión de género y/o feminismo en muchos casos no tiene cabida en países con fuerte presencia religiosa, así como en la tolerancia hacia personas homosexuales.


AÑO DE LA PANDEMIA, OTOÑO 2020.

REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA

AGUILAR, Andro, México, cada vez menos católico, en el periódico Reforma del 7 de febrero de 2016, en ocasión de la visita del Papa Francisco a México

ASLAN, Reza, Dios, una historia humana, Taurus, España, 2019

Encuesta Nacional de Religión, Secularización y Laicidad. Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales, México, Área de Investigación Aplicada y Opinión, IIJ-UNAM, 2015.

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DURKHEIM, Emilio, Educación y Sociología. Ediciones Península, Madrid, 2013

DURKHEIM, Emilio, Las formas elementales de la vida religiosa, México, FCE, 2012

DURKHEIM, Emilio, La división del trabajo social, Buenos Aires, Ediciones LEA, 2014.

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HARARI, Yuval Noah. Sapiens, de animales a dioses. Breve historia de la Humanidad. Versión electrónica digital, Londres, 2014

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WEBER, Max, Sociología de la religión. Espasa Calpe y Tagus Books y Editorial Akal. Madrid, 2012


PRESENTACIÓN:

ÁNGEL DUPUY SANTIAGO es egresado de la primera generación de la Licenciatura en Sociología de la entonces ENEP Acatlán.

Becario Fullbrigth-LASPAU a la University of Missouri, Estados Unidos.

Maestría en Estudios políticos y Sociales, por la University of Missouri, Columbia.

Licenciatura en Derecho, Facultad de Derecho, UNAM.

Docente como Profesor Asociado de Tiempo Completo en la ENEP (hoy FES) Acatlan durante 25 años.

Actualmente jubilado de la UNAM.

Profesor de la Universidad del Valle de México y de la Universidad Icel.

Autor de varios libros de texto de Ciencias Sociales de Editorial Santillana.


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