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La positividad docente en el marco de la sociedad del cansancio

Miguel Ángel Hernández Silva   

Teacher positivity in the framework of the fatigue society


Miguel Ángel Hernández Silva   

Centro Universitario Casandoo

“La felicidad no consiste en adquirir y gozar,

sino en no desear nada, pues consiste en ser libre.”

Epicteto.





Resumen: El presente artículo se fundamenta en el corpus teórico marxista y en los postulados filosóficos del surcoreano, Byung-Chul Han, mismos que permiten configurar la analogía entre el profesor, Sísifo y Prometeo, como figuras representativas del sufrimiento humano y el absurdo de la existencia. Desde esta lógica, el profesor es un sujeto cargado de positividad tóxica, puesto que, a pesar de la autoexplotación laboral, esta carga le produce una aparente sensación de libertad y felicidad. Autoexplotación que lo convierte en un consumidor de sustancias que lo revitalizan y lo reproducen como una máquina de rendimiento, en el marco de la sociedad del cansancio.

 Palabras clave: sociedad del cansancio, positividad, profesor, autoexplotación.


Abstract: This article is based on the Marxist theoretical corpus and the philosophical postulates of the South Korean, Byung-Chul Han, which allow us to configure the analogy between the professor, Sisyphus and Prometheus, as representative figures of human suffering and the absurdity of existence. From this logic, the teacher is a subject loaded with toxic positivity, since, despite work self-exploitation, this burden produces an apparent sense of freedom and happiness. Self-exploitation that turns him into a consumer of substances that revitalize him and reproduce him as a performance machine, within the framework of the tired society.


Key words: fatigue society, positivity, teacher, self-exploitation





Introducción


La sociedad del cansancio es una sociedad de rendimiento, ya que está sometida al exceso de positividad, es decir, al poder hacer, mismo que ha convertido al sujeto en una máquina de rendimiento, puesto que lo cambia, aísla y agota, llegando a modificar su verdadera esencia: la libertad. Para Byung-Chul Han (2005), la sociedad del siglo XXI ya no es una sociedad disciplinaria, como la describía Michel Foucault, es decir, una sociedad dominada por la negatividad, por el “no poder hacer”; sino de rendimiento, donde los sujetos están cargados de positividad tóxica, esto es, del “poder hacer”. Para el surcoreano, el sujeto de este siglo se encuentra tan encadenado y consumido permanentemente como Prometeo.


Mediante esta lógica, los docentes son sujetos que se han aferrado a la superabundancia de positividad, encadenados y exhaustos por el exceso de actividad que se imponen a sí mismos; procurando la productividad, viven en una falsa felicidad. Para este sujeto del siglo XXI, no son necesarias las cárceles, hospitales o psiquiátricos; por el contrario, el sujeto de la sociedad del rendimiento necesita de centros comerciales, gimnasios, farmacias y laboratorios. La exigencia que se imponen a sí mismos produce sujetos depresivos y fracasados.



Desarrollo


Para Karl Marx (1848), el obrero vende su fuerza de trabajo al dueño de los medios de producción, es decir, al propietario o capitalista moderno, quien convierte la fuerza de trabajo del obrero en mercancía a cambio de un salario de miseria, salario que lo reproduce como obrero.


Para entender mejor la relación entre mercancía-obrero, menciona Cruz (2022):


"La única mercancía que pertenece al obrero es su fuerza de trabajo, que sale a vender al mercado de trabajo y realiza su valor de cambio, es decir, aliena su valor de uso porque es consumido por el proceso de trabajo. Ahora no solo es valor de cambio, es también valor de uso de alguien más, del que acaba de comprar su fuerza de trabajo, pero como valor de uso no es consumido al instante, es usado para producir plusvalía, misma que se le enfrenta como algo ajeno, extraño, monstruoso, plusvalía que lo domina, subsume y convierte en su servidor" (p.4).

Para el sujeto de la sociedad disciplinaria, existe un otro antagónico que explota y humilla al obrero, que abusa de él, que lo ultraja y lo convierte en una mercancía más, que vive a expensas de su trabajo, mientras el trabajador muere lentamente en la fábrica, en el campo o en la escuela.


Se considera exagerado pensar que la tesis foucaultiana ha quedado desfasada, puesto que, a pesar de que se reconoce que el sujeto del siglo XXI es un sujeto que se explota a sí mismo, esto no es más que la consecuencia de que es explotado por alguien más que lo vigila y castiga. Para el filósofo surcoreano,


"El hombre depresivo es aquel animal laboral que se explota a sí mismo, a saber, voluntariamente, sin coacción externa. Él es, al mismo tiempo, verdugo y víctima" (Chul Han, 2005, p.30),

pero esto no es más que una fase superior a la explotación por el otro, es decir, el obrero, en su ilusión de libertad, es al mismo tiempo, amo y esclavo.


Visto así, la autoexplotación se convierte en un ciclo infinito que el maestro padece mediante la ilusión de la superación, resultado de un discurso cargado de positividad, que no es más que una serie de eufemismos: la vocación magisterial, la superación personal, el éxito profesional y el sacrificio por un mundo mejor.



A partir de este falso apostolado, el docente emplea su tiempo no para la recreación, sino para su explotación, puesto que se convierte en un consumidor de cursos, talleres, diplomados o posgrados.


Explotación que va acompañada de un sentimiento pleno de libertad y felicidad. Por tal motivo, Chul Han emplea la figura mitológica de Sísifo para describir al sujeto de este siglo como un obrero reiteradamente frustrado.



Para el profesor Cruz (2022), el docente como obrero, desde la óptica marxista, se convierte en una mercancía que consume mercancías, es decir, en un "consumidor consumido", dicho de otro modo, el docente es una mercancía que se vende y, al venderse, genera lo necesario mediante un salario que lo reproduce como trabajador.


Entre mayor sea su poder adquisitivo, mayor es su sentimiento de libertad. El exceso de positividad lo lleva a un cansancio satisfactorio, que no es más que un paliativo de su propia explotación. Como consecuencia, su cansancio le exige consumir un sinfín de sustancias que lo hagan sentir vivo: el alcohol, las drogas, la televisión y los medicamentos, paliativos temporales que, más que contrarrestar, aumentan su autodestrucción.


Para el filósofo francés Michel Foucault, el aparato escolar funciona como una institución de control social. En ella predomina la vigilancia y la regulación del quehacer magisterial, es decir, emplea mecanismos para someter aún más al docente, mediante la carga administrativa y el entramado burocrático de su actividad.


Con el vendaval tecnológico a raíz del COVID-19, el sistema educativo pretendió configurar a los docentes como administradores de contenidos a través de plataformas digitales que exigían y exigen de él un plus, que no es más que lo que González et al. (2024) han denominado “super-explotación del trabajo docente”, es decir, agotarlos física e intelectualmente mediante la extensión de la jornada laboral. Reafirmando lo anterior, Cajiga (2020) menciona que:


“Un docente que no está sano física y emocionalmente será un docente que no realice adecuadamente su labor e impactará negativamente en la educación de sus alumnos” (p. 14).

Toda esta carga ha generado cambios en el comportamiento del sujeto, pues como lo expresa Chul Han (2005),


“El cambio de estructura de la atención provoca que la sociedad humana se acerque cada vez más al salvajismo” (p. 34).


Dicho con otras palabras, el ser humano moderno está cada vez más cerca de comportarse como un animal salvaje, pues estos enfocan su atención a diferentes actividades en la lucha por la supervivencia.


El ser humano moderno, en su afán de productividad y rendimiento, ha desarrollado la aparente capacidad del llamado multitasking, que, más que ser un progreso, como ingenuamente se considera, es una regresión en el desarrollo evolutivo del hombre.



Conclusión


La sociedad pasa de un esquema de mandatos, obligaciones y prohibiciones, a una sociedad de rendimiento donde gobierna, en apariencia, la libertad, la autonomía y la felicidad de un sujeto narcisista, que procura producir más y, al pretenderlo, se derrumba a sí mismo. Al respecto, Chul Han menciona que:



“La sensación de haber alcanzado un objetivo no se ‘evita’ sino que, más bien, nunca se produce el sentimiento de haber alcanzado un objetivo definitivo. No es que el sujeto narcisista no quiera concluir nada, sino que no es capaz de hacerlo. El imperativo de rendimiento lo fuerza a aportar cada vez más rendimientos. De este modo nunca se alcanza un punto de reposo gratificante. El sujeto narcisista vive con una permanente sensación de carencia y de culpa. Como en último término compite contra sí mismo, trata de superarse hasta que se derrumba. Sufre un colapso psíquico que se designa como burnout, o ‘síndrome del trabajador quemado’. El sujeto que está obligado a rendir se mata a base de autorrealizarse. Aquí coinciden la autorrealización y la autodestrucción” (2005, p. 3).

Para el filósofo surcoreano, las enfermedades neurales como la depresión, la ansiedad y el estrés son originadas por el exceso de positividad tóxica del sujeto que se explota a sí mismo en la falsa idea de su autorrealización, sumándose a la larga fila de la sociedad de dopaje. Por último, esta crítica aboga por la humanización de las condiciones laborales del docente, figura que compite con otras máquinas de rendimiento en el marco de un cansancio negativo y violento.



Asimismo, aboga por un cansancio revitalizador, es decir, que el docente cuente con tiempo de ocio y lo emplee en actividades recreativas que lo dignifiquen y le devuelvan su sentido de humanidad.







Palabras clave: sociedad del cansancio, Byung-Chul Han, Michel Foucault, poder hacer, positividad tóxica, máquina de rendimiento, libertad, docentes, productividad, falsa felicidad, sociedad del rendimiento, exigencia, depresión, fracaso.


Michel Foucault, aparato escolar, control social, vigilancia, trabajo docente, super-explotación, multitasking, Chul Han, educación, COVID-19, Cajiga.


Chul Han, sociedad de rendimiento, sujeto narcisista, burnout, autorrealización, positividad tóxica, depresión, ansiedad, estrés, condiciones laborales, docente, humanización, tiempo de ocio.

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Dirección:

Elisa Guadalupe Cuevas Landero

 

Subdirección:

Citlali Hernández Castellanos

 

Edición web:

Arturo Oscar Suro Cruz 

Colaboran en esta obra, miembros de la comunidad universitaria de la FES Acatlán y de algunas otras facultades de la UNAM; así como miembros de otras instituciones públicas nacionales y extranjeras. Los escritos son propiedad intelectual y responsabilidad de quienes los escriben y los firman.

Editorial de la revista impresa: 

innovación editorial lagares México

 

Crisol Acatlán

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