- Mariel Núñez Cruz
Fragmento de investigación: Guerra contra el narcotráfico
Como parte de la investigación que realicé para obtener el grado de Licenciada, y que lleva por título La militarización de la guerra contra el narcotráfico en el sexenio de Felipe Calderón, se desprende este fragmento que trata uno de los temas más polémicos y complejos de definir: Seguridad Nacional.
Lo que encontré a lo largo de mi investigación, es que la idea de Seguridad Nacional, tiene su origen en los conceptos de soberanía y razón de estado.

Los nacionalismos son los encargados de dar paso al potente concepto de Seguridad Nacional. Por medio del proyecto de nación, se dará rumbo al país y se marcarán los objetivos que se pretendan alcanzar.
En el caso de Estados Unidos, la concepción de Seguridad Nacional, implica poder “intervenir”, “dirigir”, en el nuevo orden mundial y, sobre todo, en establecer cuáles son las amenazas que se deben combatir y erradicar. Entre estas amenazas se encuentra el narcotráfico.
También expongo la importancia del papel que juega el discurso político, ya que después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, se replantea la agenda de Seguridad en Estados Unidos y la creación de un nuevo concepto: el narcoterrorismo. Esto implicó que todos los gobiernos del mundo, incluyendo México, modificaran sus agendas y a los enemigos a combatir.
Seguridad Nacional:
lo difícil de la
definición.
Con la creciente necesidad de dar paso a un nuevo mecanismo que dejara atrás las viejas instituciones de la edad media y se vislumbrara una nueva forma de gobierno, se concibe la creación del Estado y, con la conformación de éste, el monarca se verá en la necesidad de encontrar nuevas formas de institucionalizar su dominación.
Por este motivo, los gobernantes requerían encontrar la razón del Estado en donde la soberanía sería la clave de la existencia del Estado moderno “la soberanía no es sólo absoluta y perpetua, sino indivisible, inalienable e imprescriptible.”[1]
[1] CURZIO, Leonardo. La seguridad nacional de México y la relación con Estados Unidos. 1ª. Ed. México: UNAM, 2007. p. 57.

La soberanía le proporcionó al Estado la legitimidad para existir pero, como lo explica Leonardo Curzio, era necesario otro elemento ya que se “carece de un elemento cardinal que guíe y legitime su acción (el Estado)”[2] dando nacimiento a la razón de Estado.
[2] Ibíd., p.58.
La razón de Estado son las prácticas del gobierno:
[…] Las relaciones de poder en su estado natural se institucionalizan y proyectan cuando se encuentra una fórmula aceptable para la mayoría que edifique los principios constitutivos de una comunidad, es decir, aquéllos que todos los miembros de una sociedad están dispuestos a defender.[3]
[3] Ibídem., p. 59.
El autor menciona que, tanto la soberanía como la razón de Estado, fueron adoptadas al nuevo contexto democrático y legal de la era moderna. La soberanía popular no cederá su independencia frente a otras naciones ni frente a poderes como la iglesia, dando acceso a los nacionalismos que, con el transcurrir del tiempo, dará paso a la definición de Seguridad Nacional.
[…] Una gran parte de los derechos de los pueblos se mezclan en ese crisol de ideología y religión que son los nacionalismos, fundamento ideológico inseparable de la formación de los Estados nacionales, y será la razón de Estado democrático la que sublimará los objetivos y los cristalizará en una idea que legitima las acciones externas del Estado para engendrar una noción más potente: la Seguridad Nacional.[4]
[4] Ídem., pp. 59-60.

Otro punto sobresaliente que el analista menciona es la importancia que tiene un proyecto de nación, ya que éste le dará congruencia a lo que un determinado país quiere ser:
[…] Es un conjunto de ideas socialmente compartidas que explica a grandes trazos lo que una nación quiere ser. Es, asimismo, la expresión de una voluntad colectiva con pretensiones de duración que define cuatro líneas fundamentales de convivencia: organización política, arreglo social, vitalidad cultural y organización económica.[5]
[5] Ibíd., p.10.
Cuando finaliza la segunda guerra mundial, Estados Unidos se apoya en una política económica e ideológica que englobará a todos los países existentes, mientras que su papel sería el de encargarse de encauzar al mundo entero hacía una nueva era, en donde la democracia, los derechos humanos, el cambio climático, entre otros temas, se debían de preservar para la construcción de un mundo mejor. Estados Unidos tenía muy en claro cuál era su proyecto de nación, no por algo son, en la actualidad, la potencia más poderosa del mundo.

Los proyectos nacionales dependen de las circunstancias en las que se desarrolla una nación en un determinado tiempo, y garantizar la obtención de dichos objetivos resulta de suma importancia para la definición de Seguridad Nacional.
El proyecto de nación también engloba la preservación del territorio, la población, entre otras cuestiones básicas, así como aspectos que puedan pensarse que afecte, de alguna forma, las cuestiones de Seguridad Nacional de un país.
En la actualidad, el mundo ha cambiado y la introducción de la globalización a la nueva era trajo consigo una restructuración de los conceptos de soberanía ya que, en los nuevos tiempos se tienen preocupaciones en “común” como son: la democracia, el libre mercado, los derechos humanos, dando por hecho que, se tienen que “integrar” los países a través de instituciones como la Unión Europea o en el caso de México, la apertura comercial con el TLC y en donde se resolverán de manera “conjunta” los problemas surgidos en las naciones.

Con la integración de los países en la dinámica de la globalización y el surgimiento de