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  • Joaquín Balancán Aguirre

Notas sobre el libro Francisco Zarco y la libertad de expresión de Miguel Ángel Granados Chapa.


Francisco Zarco y la libertad de expresión es un libro sobre un periodista, escrito por otro periodista, donde el autor deja testimonio de admiración por la obra y vocación de su protagonista, la cual encuentra su punto más alto en la crítica permanente al poder.

Por ello, este pequeño libro es pertinente en el contexto actual, si bien son varias décadas las que separan la vida de Zarco del momento actual, la tentación que existe desde el poder de minar la libertad de expresión y controlar a los medios de comunicación, es una constante.

A través de sus poco más de 50 páginas, escritas con agilidad y pasión, se da cuenta de la defensa de la libertad de expresión emprendida por Zarco en todos los ámbitos en los que se desarrolló y que tomó como misión de vida, incluso a costa de su integridad física y de ir a la cárcel en por lo menos tres ocasiones.

De esta defensa dan testimonio los diversos periódicos que fundó o en los que fue jefe de edición; así como su valentía y determinación al afrontar las consecuencias que dicha tarea le acarreó.

Asimismo, sus brillantes intervenciones en defensa de la libertad de prensa y de expresión en el seno del Constituyente de 1857 son muestra de su magisterio y de la tarea pendiente en la consolidación de las libertades de ese gremio.

Pocos como Zarco han dado esta batalla simultánea en la prensa y en la sede legislativa, por ello, la lectura de este texto es indispensable en el contexto actual, donde es el poder ejecutivo quien fustiga a los periodistas y les invita a portarse bien antes de investigar y cuestionar, es decir, cuando ejercen el periodismo.

Y qué decir del poder legislativo donde recientemente un integrante de la coalición gobernante y mayoritaria en la Cámara de Diputados señaló que en su agenda legislativa estaba contemplada una iniciativa para controlar a la prensa.

En este sentido, el libro que comento vuelve a tomar pertinencia, ya que ahí se relata la batalla que libró Zarco contra la llamada Ley Lares, la cual fue promulgada en abril de 1853. Buscaba “acotar a la prensa y evitar los abusos de imprenta”. Y calificaba a los textos de “subversivos, sediciosos, inmorales, injuriosos y calumniosos”[1]

 

[1] Miguel Ángel Granados Chapa, Francisco Zarco y la libertad de expresión, México, Fondo de Cultura Económica, 2019, Página 30.

En suma, estamos ante un libro, reprochablemente breve, con aportaciones significativas, y que sin duda invita a las y los lectores a adentrarse en la vida de este apasionante mexicano. Sobre esto último, hay que señalar la omisión de los editores de incluir un brevísimo perfil biográfico sobre Zarco, así como algunas precisiones sobre los gobiernos de la segunda mitad del siglo XIX.

Es un texto que invita a pensar si acaso Zarco fuese nuestro contemporáneo ¿hubiese sobrevivido a la barbarie en contra de los periodistas en entidades como Veracruz? ¿Podría trabajar tranquilamente en el Semanario Zeta? ¿Podría permanecer dos o tres horas en las conferencias de prensa del presidente en absoluto silencio o haciendo preguntas a modo?

Estoy convencido que después de la lectura de este libro, no quedará duda que ninguna de las preguntas anteriores sería afirmativa y precisamente ése es el testamento de Zarco, la búsqueda del ejercicio pleno de la libertad de expresión, la libre prensa y que el periodismo deje de ser un oficio donde jugarse la vida sea la constante y perderla se vaya haciendo algo cotidiano.

Fuentes :

Miguel Ángel Granados Chapa, Francisco Zarco y la libertad de expresión, México, Fondo de Cultura Económica, 2019, 55 pp.

 

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