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  • Elisa G. Cuevas Landero

Gabriela Mistral Una peculiar feminista 1889-1957

La dictadura militar no es ninguna novedad entre nosotros.

Nuestra verdadera tradición se llama tiranía: el caciquismo

de los indios, que se apartó de lo cavernario sólo en el noble

imperio de los incas y el caudillo español, cuyo cogollo

más limpio y decoroso sería la dictadura porfiriana de México.

Nacimos de semejante ángulo y aún no salimos de él.

Gabriela Mistral





A manera de homenaje


En diciembre de 2014, se cumplieron ciento diez años de haber sido escritos los primeros poemas (los tres Sonetos sobre la muerte) con los cuales obtuvo su primer reconocimiento, Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, con el seudónimo que llevaría como nombre de ahí en adelante, y, por el cual, la conocemos: Gabriela Mistral. Les invito a recordar (y, por supuesto, a leer) a esta gran mujer antes que chilena, latinoamericana y mujer-mundo, a través de este ensayo, a manera de pequeño homenaje.


En la República Mexicana, Gabriela Mistral es muy conocida y recordada cotidianamente, pues existen decenas de escuelas y universidades, públicas y privadas, donde, por lo menos su nombre, es pronunciado todos los días; hay que apuntar el dato acerca de que tan sólo en Mérida, existen alrededor de nueve planteles con el nombre de Gabriela Mistral. Además, quienes tenemos alrededor de los cincuenta años −o un poco más−, crecimos leyendo y memorizando alguno de sus poemas para niños, que contenían nuestros libros de texto de la Secretaría de Educación Pública, SEP, y, por lo cual, la suponíamos mexicana. En México se le admiró y quiso tanto, como ella quiso a nuestro país (del cual luego se apartó por el trato que algunos políticos le dieron).


Fue un pilar para el armado y escrito de algunos entrañables libros que la SEP publicó durante los años veinte, en México, país al que ella vino a colaborar –de forma directa con José Vasconcelos− por algún tiempo. Es estimulante recordar la trayectoria de una mujer que sigue siendo ejemplo, como maestra, como poeta, como diplomática, como Premio Nobel de Literatura, (cabe anotar el dato de que ninguna otra mujer, en Latinoamérica, ha obtenido tal reconocimiento después de ella), e incluso como feminista, ya que es hoy día bandera de lucha de algunos movimientos de América Latina y de varios sitios de internet que se autodefinen como LGBT y de movimientos políticos de jóvenes del Continente Americano.[1]


[1]Entre otros, se encuentran los siguientes sitios de internet donde GM es la clara inspiración de la organización: VHI, Cuídate en positivo, http://cuidatenpositivo.blogspot.mx/2009/09/lgbt-amo-amor-gabriela-mistral.html; About.com lesbianas, http://lesbianas.about.com/od/Libros/a/Gabriela-Mistral-La-Escritora-Y-El-Amor-Secreto.htm; http://columnasfeliperivas.blogspot.mx/2012/01/gabriela-mistral-lesbiana-toda-prueba.html; Dos manzanas.com, http://www.dosmanzanas.com/2009/09/el-lesbianismo-de-gabriela-mistral-poetisa-y-premio-nobel-de-literatura-desata-la-polemica-en-chile.html etc.



Qué mejor homenaje le podemos brindar que pronunciar cotidianamente su nombre, que evoca su exquisita y profunda poesía; y, el hecho, de que su ejemplo siga moviendo a la acción política a los jóvenes de hoy. Difundir el interés por su obra es, en este caso, también un sencillo homenaje, a tan grande escritora latinoamericana.


Introducción

Podría pensarse con alguna justificada razón que la literatura, la política y el poder son saberes excluyentes −estos dos respecto a la primera−; pero hasta el verso más sentimental, e intimista, lleva implícito un signo de poder o de política, pese a que el autor de tal verso, trate de evitarlo o, incluso, lo ignore. Así, podría suponerse que Gabriela Mistral es una poeta que les cantó principalmente a los niños y al amor, y que su obra nada tiene que ver con la política, los problemas sociales o el poder.


Y, en efecto, escribió con profusión para los niños, el amor y el desamor pero, también es cierto, que buena parte de su obra está cruzada por grandes reflexiones políticas y sociales. Entre los temas importantes podemos encontrar reflexiones propiamente politológicas, sociológicas y, sobre algunos personajes de gran poder intelectual, político e incluso económico , con los cuales se relacionó; pero, también, encontramos en su obra, temas como la libertad, la democracia, los derechos humanos de niños y mujeres, el derecho al trabajo de los campesinos y los obreros, el derecho a la educación y al voto de las mujeres, el derecho a salarios justos y equitativos para hombres y mujeres, la necesidad de una organización seria entre las mujeres, etcétera.Exploremos algunos de dichos temas, que, por ser salidos de la escritura y el sentir de una poeta, son temas de una finura y un sentido profundo, que sólo Gabriela Mistral, pudo haberles dado.


 

Lee el ensayo: LA FUNCIÓN DEL DISCURSO DE TOLERANCIA EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

 


La libertad que se vaya al diablo

La libertad anda de capa caída

en el corazón de nuestra gente.

Todavía la usan, casada

con la democracia, en los carteles.

Gabriela Mistral


La premio Nobel de Literatura, 1945, primera mujer en recibir tal distinción (en parte mexicana, por su participación en la construcción de los pilares educativos e institucionales del México posrevolucionario y, debido al gran amor que le tuvo a nuestro país; como queda anotado), alguna vez escuchó externar estas palabras a una persona: “la libertad que se vaya al diablo” y, al recordarlas, ironiza con ellas en su escrito sobre la libertad; que recuperó y publicó, en 1995, el poeta también chileno, Jaime Quezada, a través del sello editorial Fondo de Cultura Económica. Para ella, tanto la libertad, la democracia, como los derechos humanos –que siempre deben andar juntos en su opinión−, son signos de los tiempos de la modernidad.


Y aunque a veces la libertad se ve condicionada, no sólo desde la perspectiva del poder, sino también desde el aspecto económico por cuanto se prefiere a “tener frijoles que comer”, por encima del goce de la libertad, ésta, es fundamental por cuanto significa, para la vida misma de todo individuo. Veamos, en una de sus opiniones, cómo la valora:

El mundo suele quedarse con sólo un gramo de libertad, pero esa pizca, como la del radium, nos alumbra, nos calienta, y nos salva tarde o temprano. Y cuando en un lugar desaparece íntegramente, allí puede haber vacadas, trigo, metales y petróleo. Pero en el lugar hay un crujido de dientes, que suele oírse también en la noche, y que viene del hambre común de ella.[2]

[2] MISTRAL, Gabriela. “La pobre libertad”. En, Gabriela Mistral. Escritos Políticos, Jaime Quezada (Selección, prólogo y notas). México: FCE, Colección tierra firme, 1995, p. 146.