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  • Isabel Coyol Morales

Joshua Aaron Fishman: contribución y aportaciones a la sociología del lenguaje ​


Los estudios realizados hasta fines de la década de los sesenta giraban en torno a las teorías de la lingüística convencional, siendo ésta el enfoque predominante del estudio de la lengua. Los primeros acercamientos al análisis de la lengua se caracterizaban por el modelo rígido excluyente del contexto social, sobre el que se ubicaba un fenómeno lingüístico determinado.


A raíz de ello, la apertura de críticas que reclamaban considerar el contexto social para entender el intercambio comunicativo, condujo a la construcción de planteamientos teóricos, incorporando el enfoque sociocultural que rodeaba a cualquier lengua a nivel local, nacional e internacional.


Si bien en la teoría estructural del lenguaje, Ferdinand de Saussure reconoce la dimensión social que envuelve al acto lingüístico, es a partir de 1960 cuando se comienza a exigir el análisis de fenómenos del lenguaje, fuera de sí mismo.


La sociolingüística, la sociología del lenguaje y la etnografía del habla conformaron el campo para el análisis de la lengua en el ámbito social. Joshua Aaron Fishman (1), como otros autores de la época, estudia los fenómenos lingüísticos en función de su significación social.


(1) Lingüista estadounidense. Nació en Philadelphia el 18 de julio de 1926. Creció en una familia judía en la que le inculcaron la práctica de la lengua Yiddish. En la preparatoria conoció a Max Weinreich y a su primo Uriel, quienes lo influenciaron en el gusto por el lenguaje en el aspecto sociocultural. También se interesó en la sociología, la psicología, la historia, las ciencias políticas, la antropología, la filosofía, la geografía, la religión y la literatura. Fue profesor emérito de investigación universitaria en ciencias sociales por la Universidad de Yeshiva. En 1953 se doctoró en Psicología Social en la Universidad de Columbia y su área de investigación se centra en el campo de la sociología del lenguaje, sociolingüística y educación bilingüe. Fundador y director de la revista International Journal of Sociology of Language. Es pionero en los trabajos de sociología del lenguaje, siendo su principal contribución al estudio de la organización social del lenguaje que abarca lenguas locales, nacionales y estudios de casos internacionales. Entre sus principales textos se encuentran: Sociology of language, Readings of Sociology of language (1968), Sociolinguistics: A brief introduction (1970), The Sociology of language (1972).


 

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La propuesta de Fishman, que integra a la Sociología del Lenguaje, se constituye por dos enfoques; el primero se basa en describir la organización social aceptada del lenguaje, usado por los hablantes de una comunidad; en tanto que el segundo pretende analizar por qué dos comunidades similares han llegado a una organización social distinta del uso del lenguaje.


La importancia del estudio de dicho autor radica en su análisis de tres campos fundamentales, a saber: I. Uso habitual de lenguas a través del espacio y tiempo: reflexiona sobre los tópicos de rol social, tema, lugar y persona.


II. Procesos psicológicos y culturales que conducen al mantenimiento o desplazamiento lingüístico: son objeto de su estudio procesos de aprendizaje, concentración demográfica, poblaciones rurales y urbanas.


III. Actitudes individuales y colectivas frente a la lengua: incluye actitudes de rechazo, sentimiento de nacionalismo y antipatía.

Ahora bien, al considerar que cada comunidad lingüística se encuentra inmersa en una serie de factores socioculturales con respecto a la historia de una determinada sociedad, salta a la luz la necesidad de estudiar las «actitudes lingüísticas». Para el autor, una actitud favorable involucra un proceso de enseñanza-aprendizaje donde la institución familiar y educativa propician la continuidad de la lengua, pasando las barreras generacionales; en contraste, una actitud negativa conduce al abandono u olvido de la lengua, siendo, entre otras causas, el impedimento de la movilidad social.


La actitud favorable está vinculada con el mantenimiento lingüístico, el proceso de socialización y educativo; de aquí, que al mantenerse un sistema de signos (lenguaje) son transmitidos significados, normas sociales y marcas culturales. Esto es, un desplazamiento lingüístico conlleva un cambio cultural.(2)


(2) Debe entenderse cambio lingüístico en función de la dualidad del lenguaje que lo habilita para producirse y reproducirse.


Sus vastos textos hacen evidente la postura de Fishman acerca del desplazamiento lingüístico (DL), dado su afán por el rescate de minorías lingüísticas. Tal finalidad la refleja en su promoción de la reversión del desplazamiento lingüístico (PRDL) ampliamente trabajada en su obra Reversing Language Shift, publicada en 1991.


Es pues, la PRDL, un intento de fomentar la continuidad cultural intergeneracional frente al reduccionismo -como lengua impuesta- por quien ejerce el poder.


Plantea que la destrucción de la lengua es igualmente a la destrucción de la intimidad, la familia, la comunidad y la vida local.

Por otra parte, su contribución al recate de las minorías lingüísticas lo ha conducido a la reflexión de una cultura de la sanción en la que afirma la existencia de la penalización por actitudes y comportamientos que no atienden a la lengua dominante (Garriga, 1998).


Asimismo, afirma que, hay cinco factores principales que determinan el uso del lenguaje, estos son: la familia, la amistad, la religión, la educación y el trabajo. Así, en las intreacciones sociales que llevan a cabo los individuos en la vida contidiana, los intercambios comunicativos se diferencian de acuerdo a los roles que desempeña un individuo, puesto que de acuerdo con Fishman, “Cualquiera de los dos interlocutores dentro de una comunidad lingüística (o, más concretamente, dentro de una comunidad discursiva dentro de una comunidad de hablantes) deben reconocer la relación de sus roles que existe entre ellos en un momento determinado”.[3]


[3] Fishman, Joshua, Advances of the sociology of lenguaje, 1971.



Con ello, en una misma comunidad de habla existen tipos de intercambios comunicativos que dependen del rol de los individuos involucrados: padre-hijo, esposo-esposa, jefe-empleado, profesor-estudiante, hermano-hermana, amigo-amigo, por mecionar algunas. Estas relaciones conllevan concomitantemente la utilización de una determinada lengua que varía de acuerdo al tema del que se hable; más específicamente, Fishman asegura que


“Las relaciones entre roles pueden ser utilizados como unidades de organización de datos tanto con respecto a la variante con la que se habla, así como con respecto a otras variantes en el comportamiento interpersonal”.[4]

[4] Ibidem.

 
 

Lo anterior marca la indiscutible existencia de patrones sociales de variación en la interacción verbal, es pues, un reconocimiento del orden latente y regulador en las manifestaciones de particulares temáticas y saludos; de manera tal, se debe hablar con la descripción lingüística ya disponible entre individuos que pertenecen a un mismo círculo sociocultural. Asimismo, Fishman resalta la importancia de interesarse por el acto discursivo, que es un segmento del habla caracterizado por ser socialmente reconocible y recurrente.


Para el autor, el empleo de alguna lengua formal, lengua materna, lengua indígena o de alguna otra lengua, siempre se encuentra en relaciones de poder frente a otra. Explica que, a pesar de que en una sociedad particular coexistan dos lenguas, cada una es empleada por cierto grupo social y cumple determinadas funciones sociales que dan paso al monolingüismo.

Dicho fenómeno lo objetiva en su tipología de resultados posibles entre dos colectividades etnolingüísticas (sea A y B), en la que considera tres tipos:


B A = A (pérdida de la lengua intrusa).


B A = B (pérdida de la lengua indígena).


B A = B+A (mantenimiento de ambas).


En los tres casos, una lengua excluye a otra en un tiempo variable y bajo condiciones políticas, económias, culturales y sociales. En suma, los estudios hechos por Fishman han tenido gran trascendencia para el estudio de la situación de la lengua, pues en contraste, las críticas que el autor ha recibido en sus aportaciones téoricas, no se han hecho esperar; sin embargo, vale la pena rescatar sus planetamientos que permiten situar a un acto lingüístico en su dimención social, en la que el rol que desempeñan los individuos tiene repercusiones en la forma de expresarse, de comunicarse y, lo más importante, la selección de la lengua que se emplea para comunicarse.


Las relaciones jerarquicas entonces, adquieren sentido a partir de que socialmente un individuo o un grupo social se antepone a otro por cuestiones de status social.

 

Referencias

  • Fishman, Joshua A. 1971. Advences in the sociology. 1971.

  • Garriga, Josep. 1998. El lingüísta Fishman, partidario de aplicar sanciones para defender la lengua. El País. El país, 1998, 7000.




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