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  • Alexa Moreno Buendía

Las posibilidades del acto poético humano


La poesía es más verdad que la verdad misma

JEAN MARIE GUYAU

INTRODUCCIÓN

La poesía es la creación misma. Octavio Paz en su libro El arco y la lira reflexiona acerca del acto poético y refiere la poesía como el mismo acto de creación. Para ello, ha quebrado y disuelto el acto poético en dos conceptos, haciendo del poema y la poesía dos cosas enteramente distintas. La poesía, para Paz, no es lo mismo que el poema ya que “hay poemas sin poesía”[1].

[1]Paz, Octavio. El arco y la lira, Fondo de Cultura Económica (FCE), Ciudad de México, 2015. P. 14.

 

Dicho de otro modo, la vida misma es poética: paisajes, personas y hechos suelen ser poéticos: “son poesía sin ser poemas (…) el poeta es el hilo conductor y transformador de la corriente poética”[2]. Siguiendo la definición anterior se puede decir que los árboles, las montañas, el agua, las estrellas, la especie humana (como ser orgánico), las hormigas o las nubes son un producto poético.

[2] Ibíd.

 

Lo no creado desde lo humano. Sin embargo, al ser tocadas y transformadas estas creaciones por los sentidos humanos se convierten en obra, es decir, en el poema: así, el poema no es una forma literaria sino “el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre (…) es un organismo verbal que contiene, suscita y emite poesía”[3].

[3] Ibíd.

 

La obra poética del hombre se dará cuando éste transforme la materia y le devuelva su esencia poética inicial. La poesía existe independientemente del acto poético humano. Aquí surgen algunas preguntas: ¿para qué sirve el acto poético humano?, ¿no es el acto poético humano un regreso al lugar inicial de toda poesía, de toda creación?

En los siguientes apartados son un intento de resolución de las cuestiones anteriores tomando como marco teórico los conceptos de la obra de Nuccio Ordine de La utilidad de lo inútil, además de confrontarlas con las nociones de la filosofía antropológica de Ernst Cassirer. En Ser inútil: toda poesía es inútil se analiza de manera general, tanto el acto poético a-humano como el acto poético humano, contestando la siguiente cuestión: ¿qué tan útil es lo inútil de observar una flor o una hormiga en el jardín cuando se vive deprisa? En Ver el infinito: El creacionismo, se analiza la teoría estética literaria del Creacionismo concluyendo en las posibilidades transformadoras que el acto poético humano tiene en su mismo impulso creativo.

SER INÚTIL:

TODA POESÍA

ES INÚTIL

Si no se comprende la utilidad de lo inútil,

la inutilidad de lo útil, no se comprende el arte[4]

EUGÉNE IONESCO

[4] Ángel Vargas. (2011, marzo 03). La cultura es un medio para defendernos de la infelicidad. La Jornada. Recuperado de https://www.jornada.com.mx/2011/03/03/cultura/a04n1cul

 

El peligro de no comprender la inutilidad de lo útil es básicamente la conversión del mundo del ser humano en lo que Mario Vargas Llosa llamaría como «un mundo de autómatas»[5]. Para Nuccio Ordine el concepto de inutilidad no puede ir separado del de utilidad. El autor explica la utilidad no con una noción utilitarista de beneficio comercial y práctico, sino que concibe lo útil como todo aquel saber que no produce más beneficio que el de alimentar el espíritu humano[6].

[5] Ordine, Nuccio. La utilidad de lo inútil, Acantilado, Barcelona, 2013. P. 18.

[6] Ibíd., p. 12.

 

En otras palabras: la utilidad de lo inútil. Por otro lado, lo inútil en la noción utilitarista es todo aquello que no produce beneficio económico ni práctico inmediato, y todo lo que no produce este tipo de beneficio “se considera, pues, como un lujo superfluo, como un peligroso obstáculo”[7].

[7] Ibíd.

 

Si es así, el acto de contemplación y reflexión, el acto de detener el cuerpo a mitad del sendero, a mitad del mar, a mitad de un libro para pensar la vida o la muerte, para sentirse conscientes de ser, son actos plenamente inútiles. Sin embargo, ¿No es sólo negativa la noción de inutilidad para el homo oeconomicus? ¿Por qué existe el temor de ser inútiles al sentir el reloj marcando la prisa de las horas? No se espera la muerte ni el sentido de la vida, en el mundo del homo oeconomicus hay una ciega desertificación del espíritu y una fascinación por la acumulación de dinero y de poder[8].

[8] Ibíd., p. 16.

 

La poesía como totalidad es inútil. Es decir, tanto el acto poético a-humano como el acto poético humano pierden su valor espiritual y creativo. El acto poético a-humano pierde su valor de creación primario: la naturaleza inútil sólo despierta interés en el homo oeconomicus cuando la vuelve útil en su sentido más pragmático y utilitarista, dejando de lado la estética hacia lo inicial en ella, es decir, no contempla más su poder creativo, y olvida la belleza que puede producir en él para llegar al acto imitativo de las cosas exteriores o al arte[9].

[9] Cassirer, Ernst. Antropología filosófica, Fondo de Cultura Económica (FCE), 2016. P. 256.

 

Nuccio Ordine describe como dolorosa esta limitación valorativa de ser humano hacia lo que le rodea: “Es doloroso ver a hombres y mujeres empeñados en una insensata carrera hacia la tierra prometida del beneficio, en la que todo aquello que los rodea ―la naturaleza, los objetos, los demás seres humanos― no despierta ningún interés”[10].

[10] Ordine, op. cit., p. 16.

 

Por otro lado, en el acto poético humano no habrá utilidad para el mundo utilitarista, pues la reflexión y la imaginación no producen riqueza ni beneficios prácticos. El acto de escribir, cuando inaugura mundos de pensamiento y crea nuevas realidades subjetivas en imágenes al utilizar el lenguaje, es un acto poético ya que suscita poesía[11].

[11] Paz, op.cit., p. 14.

 

El ser humano al hacer poesía detiene el tiempo y lo re-crea con un lenguaje distinto. Giambattista Vico en su división de las edades de la especie humana, reconoce en las dos primeras edades (la edad de los dioses y la edad de los héroes) la verdad del acto poético[12].

[12] Cassirer, op. cit., p. 283.

 

Al conectarse el ser humano con la poesía crea o regresa (dependiendo la edad en que se halle) al mito, a las fantasías, a la ensoñación. Para el hombre moderno de la edad del hombre[13], hacer poesía es volver al paraíso perdido, ya que en el mundo moderno el ser humano solo es útil cuando calcula y cuenta, no cuando se empeña en madurar como el árbol[14], es decir, crecer desinteresadamente a pesar del tormento en el exterior e interior. Ordine describe a la poesía como ancla de salvación, pues es sólo la posibilidad de imaginar y crear nuevos mundos lo que nos salvará[15].

[13] Ibíd.

[14] El poeta María Rilke pensaba que “ser artista quiere decir no calcular ni contar: madurar como el árbol que no apremia a su savia, y se yergue confiado en los tormentos de primavera, sin miedo a que detrás pudiera no venir el verano”.

[15] Ordine, op.cit., p. 18.

 

Sin embargo, ¿Cómo puede existir el acto poético humano si el ser humano no se detiene a observar, reflexionar, ni sentir estéticamente su mundo? La belleza, según Hume, la cual es creada en el espíritu de quien contempla[16] se anula en el homo oeconomicus. Contemplar el mar en una tarde opaca, o reflexionar la pequeñez de todo lo que constituye los objetos y seres que le rodean no producen belleza en él. El acto poético humano implica tener un ojo artístico constructivo, es decir, no tener un ojo pasivo que recibe y registra la impresión de las cosas, sino un ojo que distinga lo dinámico de las formas[17].

[16] Cassirer, op. cit, p. 278.

[17] Ibíd., p. 279

 

Este dinamismo está inserto en toda cosa. El poeta es capaz de hacer suya toda forma dinámica de la realidad y transformarla, traduciéndola en lenguajes plásticos, corporales, musicales o verbales. Es lo que Eugéne Ionesco piensa cuando habla sobre la obra de arte [que] nace para nacer al imponérsele a su autor[18]. El homo oeconomicus no es capaz de ver utilidad ni de vivir el acto poético, ya que no dirige su mirada hacia lo alto y [su] grandeza espiritual acaba marchitándose[19].

[18] Ordine, op.cit., p. 19.

[19]Ibíd., p. 22.

 

Alejando la mirada de la lógica utilitarista del mundo moderno, sin embargo, la inutilidad de todo acto poético es útil. Ionesco pensaba que el arte (el acto poético humano) “debe servir para enseñar a la gente que hay actividades que no sirven para nada y que es indispensable que las haga”[20].

[20] Ibíd., p. 19.

 

La imaginación, la creatividad, la fortaleza del espíritu, la apreciación del sentimiento, la valoración de lo subjetivo, la percepción nueva de la realidad alejada de las formas, sonidos, objetos existentes en lo empírico, son la utilidad de lo inútil.

El proceso dialógico y dialéctico del arte nos muestra no sólo una metamorfosis del poeta al crear su obra, sino la obra misma trasformando y siendo transformada por el espectador, oyente o lector, es decir, hay una conversación callada de significados, símbolos y sentimientos tanto en el receptor de la obra de arte como en el poeta[21].

[21] Cassirer, op.cit., p. 275.

 

Este proceso es de transformación e implica reflexión y sentimiento profundo. El acto poético humano es indispensable para aprehender la realidad de otras maneras, además de que nos hace inmunes a toda aspiración al beneficio (…) es un antídoto contra la barbarie de lo útil que ha llegado incluso a corromper nuestras relaciones sociales[22], es decir, recuperar los valores perdidos del desinterés y la gratuidad.

[22] Ordine, op.cit., p. 28.

 

Recuerdo un pensamiento

relativo a los grillos

Su clamor es inútil

y es triste su jornada

no tienen auditorio

ni les sirve de mucho

la fricción de sus élitros

y el viento de sus alas

Pero sin la señal

cifrada en cada brizna

persuasiva y hermosa

que entre ellos se transmiten

la noche no sería

―para los grillos― noche

y la vida sin traza

de belleza sería

en la noche desierta

punto menos que nada (23)

En defensa de la poesía

ALBERTO BLANCO (México, 1951- )

[23] López, Carlos. Los poemas de la poesía, Praxis, Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, 2001. p. 108.

 

VER EL

INFINITO:

EL CREACIONISMO

Nunca verás los lestrigones, los cíclopes

o a Poseidón, si de ti no provienen,

si tu alma no los imagina.

CONSTANTINO CAVAFIS

El infinito se encuentra entre las posibilidades de la variación en el momento de la creación. En el acto poético humano, si éste utiliza como elemento de expresión principal la palabra, las imágenes abiertas en un texto se multiplican en espejos cóncavos en la interpretación.

El número de imágenes posible que tiene la palabra poética puede llevarnos a la cuenta infinita, transformando lo conocido en desconocido, y así, lo no existente a existente: una imagen poblada de aire y ensueño se nos muestra palpable, asible, conocible. La cadena quizá sea o no limitada, mas es innegable que la fuerza de entrelazamiento inaugura un sin número de futuros posibles y de sitios que se muestran en una aparición. El poeta chileno Vicente Huidobro escribía en el prólogo de su segundo libro Temblor de Cielo en 1931:

La Poesía es el lenguaje de la Creación (…) solo los que no han olvidado los vagidos del parto universal ni los acentos del mundo en su formación, son poetas (…) En la garganta del poeta el universo busca su voz, una voz inmortal”[24]

[24] Huidobro, Vicente. Poesía y práctica, 1911-1948. Vicente Huidobro: Antología. p.96

 

Si el acto humano poético es aquella epifanía inicial e irrevocable que el ser humano reconoce cuando repara en la capacidad de saberse creador de mundos, entonces ¿puede ser el poeta como un Dios? ¿puede el ser humano ver de frente al infinito como si pudiese ver de frente al sol? Para Huidobro la sensibilidad poética es una capacidad humana que se asemeja, y al mismo tiempo, supera a la de un Dios.

Este pensamiento se traduce en el movimiento literario de vanguardia al cual nombró como «Creacionismo». El creacionismo surgió a principio del siglo XX en Chile, tras la publicación del artículo Non Serviam[25] en 1914, en el cual Huidobro proclamaba la independencia absoluta del poeta frente a la Naturaleza. Huidobro debe la idea de poeta como creador absoluto a un indígena aimará, quien le dijo un día: “El poeta es un dios; no cantes a la lluvia, poeta, haz llover”[26].

[25] Non serviam quiere decir en latín, no te serviré.

[26]Ibíd. p.88.

 

El arte creativo nace al no servirle más como su esclavo a la madre Naturaleza, limitando su imitación únicamente a sus impulsos creativos. El poeta no debía de imitar más como un espejo a la Naturaleza, sino que debía de ser un pequeño Dios, un creador de mundos y realidades nuevas:

“No he de ser tu esclavo, madre Natura; seré tu amo (…) Yo tendré mis árboles que no serán como los tuyos, tendré mis montañas, tendré mis ríos y mis mares, tendré mi cielo y mis estrellas”[27].

[27] Ibíd., p.41

 

Para el creacionismo el acto poético humano no está limitado a ser un simple canto o un espejo de la Naturaleza, sino que contiene en sí mismo un sin número de posibilidades de creación, lo que es lo mismo: el infinito entero en el poeta[28].

[28] Ibíd. p. 144.

 

Este movimiento literario tiene en cuenta el carácter ilusorio de toda obra artística, ya que considera que los aspectos de las cosas son innumerables y varían de un momento a otro[29], es decir, sabe la posibilidad infinita que rige a las cosas de mundo. Para Huidobro, el acto poético humano está inscrito en un lenguaje subjetivo en el que las palabras pierden su representación estricta para adquirir otra más profunda, en la cual el vocabulario se abre y camina por las sendas de lo ilimitado.

[29] Cassirer, op. cit., p. 267.

 

Sin embargo, esta ilimitación no se presenta como un acto aleatorio como lo pudiera sugerir la poesía surrealista o propia de inconsciente, sino que serán imágenes entrelazadas cuyas imágenes sean nuevas escogidas de forma reflexiva y consciente para así convertir en certeza la probabilidad: “El poeta crea fuera del mundo que existe el que debiera existir”[30].

[30] Huidobro, op.cit., p. 95

 

Lo anterior es, pues, la comunión armónica entre la imaginación y la razón. En el creacionismo estos dos territorios en contradicción están en una sinfonía perpetua. Desde los parámetros del surrealismo la obra estaba regida por un «automatismo estricto», es decir, regida única y exclusivamente por el inconsciente. La pronunciación de Huidobro es contraria al impulso surrealista: el poeta debe estar consciente de sus propias creaciones.

Huidobro creía en el creacionismo como acto poético humano que debía transformar el pensamiento del individuo moderno hacia un hombre y una mujer enteros, hacia un ser total. Comienza en su manifiesto Total:

Basta ya de vuestros pedazos de hombre, de vuestros pequeños trozos de vida. Basta ya de cortar el hombre y la tierra y el mar y el cielo (…)

No se puede fraccionar al hombre, porque hay todo el universo, las estrellas, las montañas, el mar, las selvas, el día y la noche. Basta ya de guerras adentro de vuestra piel o algunos pasos más allá de vuestra piel (…)

El brazo derecho contra el brazo izquierdo, el brazo izquierdo contra el brazo derecho (…)

¿No podéis dar un hombre, todo un hombre, un hombre entero? (…)[31]

[31] Ibíd., p. 233.

 

El hombre y la mujer totales surgían de una consciencia clara y práctica del poder creativo de la palabra. Todo ser humano es un potencial poeta, un potencial creador. Huidobro parece resumir su esperanza de transformación social en la coincidencia, y no en el desencuentro de las partes. Utópicamente imposible o no, vuelca en su poder creativo una posible salvación de los polos, tratando de anular la confrontación para hacer surgir la voz de una nueva civilización naciente, en la cual se pueda escuchar la voz de una humanidad y no de una sola flor; en la cual esa voz no sea solo un eco interno en eterno soliloquio hueco, sino que se nutra de otros ecos de fuera, que se nutra a tiempos simultáneos de la vida social y la vida interna del individuo. Percibir la voz de:

un mundo de hombres y no de clases. Una voz de poeta que pertenece a la humanidad y no a cierto clan (…) Ninguna castración interna del hombre ni tampoco del mundo externo. Ni castración espiritual ni castración social. (…) Necesitamos un hombre sin miedo. Queremos un ancho espíritu sintético, un hombre total un hombre que refleje toda nuestra época, como esos grandes poetas que fueron la garganta de su siglo.

Lo esperamos con los oídos abiertos como los brazos del amor.[32]

[32] Ibíd. p. 233.234.

 

Vicente Huidobro creyó que el creacionismo observaba el núcleo de núcleos: las posibilidades infinitas del lenguaje. Al presentarse esta ilimitación en la herramienta principal del pensamiento, y consecuentemente del mundo social, del ser humano, el creacionismo se presenta como un generador de metamorfosis de los valores de la modernidad. La poesía, creía, podía transformar al ser humano convirtiéndolo en un ser humano total, un ancho espíritu sintético, el cual podría estar en todo humano existente que pueda explicar exaltado el universo[33]. El poeta era ese humano exaltado que tiene la posibilidad de iluminar los rincones externos e internos del mundo, ya que él mismo es el medio de conquista del universo.

[33] Ibíd. p. 235.

 

El poeta tiene el mundo en sus manos. Cuando se habla de ser total se entiende que la poesía para el creacionismo no está desapegada de su compromiso político y social, sin camino único. Este compromiso no va a tomar una sola vertiente política, sino que será una amalgama de las diversas corrientes políticas para poder ser crítico de cualquiera de ellas.

Las posibilidades del acto poético humano no solo se reducen a un simple fortalecimiento del espíritu para contrarrestar el pensamiento utilitarista actual, sino que puede comprender en un solo verso (si hablamos de poesía) un infinito de posibilidades constituyendo así una dimensión más amplia de probabilidades de ser y de imaginarse así mismo.

La teoría estética y la poesía de Huidobro abre en un abanico infinito de posibilidades el modo humano de sentir, percibir, mirar y plasmar el mundo desde su misma capacidad poética o inventiva que la evolución le heredó en esa forma. Además de hacer existir un hecho nuevo como. aquel “pájaro [que] anida en el arco iris”[34], el creacionismo nos invita a no escindirnos en pedazos y ser enteros, ser totales.

[34] Ibíd. p. 238

 

Solo solo entre la noche y la muerte

Andando en medio de la eternidad

Comiendo una fruta en medio del vacío

La noche La muerte

El muerto recién plantado en el infinito

La tierra se va la tierra vuelve

Solo con una estrella al frente

Solo con una gran canto adentro y ninguna estrella al frente

La noche y la muerte

La noche de la muerte

La muerte de la noche rondando por la muerte

Tan lejos tan lejos

El mundo se va por el viento

Y un perro aúlla de infinito buscando la tierra perdida

Solo (1932)

VICENTE HUIDOBRO

Aparato Crítico

 

-Paz, Octavio. El arco y la lira, Fondo de Cultura Económica (FCE), Ciudad de México, 2015. P. 14.

-Ángel Vargas. (2011, marzo 03). La cultura es un medio para defendernos de la infelicidad. La Jornada. Recuperado de https://www.jornada.com.mx/2011/03/03/cultura/a04n1cul

-Ordine, Nuccio. La utilidad de lo inútil, Acantilado, Barcelona, 2013. P. 18.

-Cassirer, Ernst. Antropología filosófica, Fondo de Cultura Económica (FCE), 2016. P. 256.

-El poeta María Rilke pensaba que “ser artista quiere decir no calcular ni contar: madurar como el árbol que no apremia a su savia, y se yergue confiado en los tormentos de primavera, sin miedo a que detrás pudiera no venir el verano”.

-López, Carlos. Los poemas de la poesía, Praxis, Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, 2001. p. 108.

-Huidobro, Vicente. Poesía y práctica, 1911-1948. Vicente Huidobro: Antología. p.96.

 

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