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  • Eder Elber Fabián Pérez

La muerte golpea en lunes o la poesía como memorial de los inocentes



Durante los últimos sexenios la poesía mexicana no ha sido ajena a los conflictos sociales y políticos. El poeta, lejos de encerrarse en su torre de marfil y escribir desde las comodidades que este lugar le permite, ha abandonado su zona de confort con el propósito de inmiscuirse en la realidad social mexicana ¿Y qué ha descubierto? Cadáveres irreconocibles, fosas repletas de huesos, sangre corriendo por las calles, ríos de llanto… Una atroz realidad que al parecer (y de forma lamentable) no va a cambiar de manera inmediata. Es aquí donde la figura del poeta surge para manifestar, por medio del logos, el dolor e impotencia de las víctimas, de aquellos que de alguna u otra forma han sido silenciados.


Así, gran parte de nuestros poetas mexicanos del siglo XXI, sin verse en la necesidad de tener una posición de izquierda o derecha, han acusado la exigencia de hablar de temas que las autoridades competentes han deseado ocultar o evitar ¿Cuáles son dichas temáticas? Crisis migratorias, desapariciones forzadas, feminicidios, masacres, secuestros, etc. Ante este desolador panorama, los poetas han cedido su voz para que los otros (las víctimas) hablen y manifiesten sus aflicciones.


Ejemplo de esto es Antígona González, de Sara Uribe, o el Libro centroamericano de los muertos, de Balam Rodrigo, o, Memorial de Ayotzinapa de Mario Bojórquez. De este modo, la poesía mexicana ha cambiado el escalofrío Baudeleriano, por el “estremecimiento nacional” al comprender que esta cruel realidad en la que vivimos debe ser tratada desde una óptica distinta: Desde las voces que se han encontrado de frente con la violencia.


La muerte golpea en lunes de María del Carmen Velasco Ballesteros, ganadora del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2022, evoca precisamente ese estremecimiento por medio de un lenguaje claro y sencillo, donde confluyen las voces


“De los familiares que se quedan, que enfrentan la tremenda tarea de buscar a sus seres queridos, porque no hay institución que les dé una verdadera respuesta, acompañamiento para hacer ese trabajo tan desgastante…”

Según ha comentado la propia autora.


Dividido en tres secciones (Flor de Jamaica, Cascarita y Epílogo) La muerte golpea en lunes, abre con una cita del libro de Job, la cual revela gran parte del tono nostálgico que va a imperar dentro del poemario:


“¿Cuál es mi fuerza para que aún espere, qué fin me espera para que aguante mi alma? ¿No se me ha ido lejos toda la ayuda?”

Precisamente será esa fuerza venida a menos la que logramos notar a lo largo de este camino, en donde las voces de madres, hermanos, padres y demás mujeres y hombres se unirán para exclamar


“¿Cuándo podremos encontrarles? / ¿Cuándo volverán los días/ del baño en el río/ de contemplar con placidez/ a nuestros niños jugando?”

En el poemario de Maricarmen Velasco, el dolor y la ausencia serán los dos ejes principales que, como bien lo anuncia el título, golpeen al lector. El objetivo de esto será sensibilizarnos ante la violencia creciente, ya que, al parecer, vamos integrando estos actos violentos a nuestra vida cotidiana sin que nada de esto tenga algún impacto en nuestra persona. Es por ello que la poeta recurre a imágenes donde la naturaleza se entremezcla con los hechos violentos, esto con el objetivo de mover el phatos de los lectores. Ejemplo de ello son los siguientes versos:


No sé si es mi visión

sumergida en la noche

la que me incita

a orar sobre tus restos

Madre

los sueños cruzan

por la fina aguja del tiempo


Otro elemento a destacar, es el lenguaje cotidiano o coloquial a través del que se exponen los hechos violentos:

Te dobla el cansancio

te quedas dormido

te rompo tu madre

No quieres drogarte

o matar a un miserable

conozco a tu hermana

Te niegas a destazar una pierna

a cercenar una cabeza

te doy un plomazo


Este lenguaje que recrea los diálogos, tanto de los testimonios de los familiares como las amenazas de los verdugos, se aleja de toda retórica clásica, con el fin de acercarnos a los padecimientos, a los miedos y a la indignación que sienten los afectados ante estas intimidaciones.


Aunado a todo lo anterior, los recuerdos de todas estas voces serán un medio idóneo para evocar aquellos que ya no están con nosotros y que, de forma lamentable, no sabemos dónde se encuentran:


“Quiero pensar que has hecho un viaje/ para encontrar tu camino de regreso/a Flor de Jamaica/ seguir con los niños/el futbol de las tardes.../ No tardes en el corral te esperan los borregos”.

Por último; me gustaría insistir en un par de cuestiones más. Primero, resaltar la importancia que ha tenido un procedimiento denominado “poética de la desorientación” o “la enunciación polifónica” (vale la pena señalar que hace un año este procedimiento fue utilizado por Rubén Rivera en Sendero de suicidas) donde el yo lírico queda desplazado por una colectividad, que en el caso de La muerte golpea en lunes sería la variedad de voces que pueblan el poemario.