- José Juan Aragón Gómez
El aficionado: ¿real o de moda?

Pierdes tu tiempo en este lugar, ahogas lamentos en tragos y aceptación social... Cámara de Faltas Enjambre
Se tiene un mundo acelerado donde cada vez se va más de prisa y por lo mismo, la lentitud –y no me refiero a lentitud física, sino a la reflexiva, aquélla que permitía pensar con detenimiento las cosas antes de hacerlas– pareciera unirse a la rapidez de la aceptación de esa prisa del mundo actual, dejando de lado si lo que se dice, hace o piensa es congruente con la forma en que se vive y conciben algunos aspectos de nuestra vida.
Es dentro de esta rapidez, donde la necesidad de ser integrado en un grupo determinado se ve como una forma de sobrevivir e intentar “resaltar” entre el gris de la mancha urbana y mecanizada. Las personas no se dan cuenta que, en realidad, no se hará: se seguirá siendo parte del mismo tono grisáceo que el resto.
Dentro de las necesidades de ser integrado en un grupo, el fenómeno más conocido es el deporte, principalmente los que se juegan en equipo. Pertenecer a una barra, a una porra, al equipo de animación o ser espectador de algún deporte y ser afín a él representa para muchas personas en el mundo tal vez la forma más cercana de estar “dentro” de un equipo.

Pero como en muchas otras circunstancias, hay momentos en que se llega a los extremos cuando llega a incluirse en la moda. Esta reflexión que se presenta en Crisol Acatlán es una de las primeras que me atrevo a escribir bajo un ensayo (cosa que pocas veces hago, a pesar de que la carrera que elegí es la Ciencia Política) inspirado en un texto filosófico-sociológico del autor alemán Georg Simmel, La filosofía de la moda, publicado por primera vez en 1905.
Cabe destacar antes de continuar que si bien se citan algunos ejemplos de escándalos deportivos y de “pensamientos” de algunos aficionados, no se pretende herir ninguna susceptibilidad y no representan a nadie en lo particular. Para poder continuar, es necesario preguntarse “¿Qué es un aficionado?”; “¿Qué es un fanático?”
Según la Real Academia de la Lengua Española, un aficionado se define como aquel “que tiene afición o gusto por alguna actividad o por un espectáculo al que asiste con frecuencia”; a su vez, “afición” se define como la “inclinación o atracción que se siente hacia un objeto o una actividad que gustan”. Por otro lado, el fanático se define como aquel que “actúa con fanatismo”, y el fanatismo se define como “apasionamiento y tenacidad desmedida en la defensa de creencias u opiniones, especialmente religiosas o políticas”.

En su texto El fútbol a sol y sombra y otros escritos, Eduardo Galeano nos mostró una aproximación de lo que es el fanático en la cuestión deportiva: El fanático es el hincha en el manicomio. La manía de negar la evidencia ha terminado por echar a pique a la razón y a cuanta cosa se le parezca, y a la deriva navegan los restos del naufragio en estas aguas hirvientes, siempre alborotadas por la furia sin tregua.
El fanático llega al estadio envuelto en la bandera del club, la cara pintada con los colores de la adorada camiseta, erizado de objetos estridentes y contundentes, y ya por el camino viene armando mucho ruido y mucho lío. Nunca viene solo. Metido en la barra brava, peligroso ciempiés, el humillado se hace humillante y da miedo el miedoso.
La omnipotencia del domingo conjura la vida obediente del resto de la semana, la cama sin deseo, el empleo sin vocación o el ningún empleo: liberado por un día, el fanático tiene mucho que vengar. En estado de epilepsia mira el partido, pero no lo ve. Lo suyo es la tribuna. Ahí está su campo de batalla. La sola existencia del hincha del otro club constituye una provocación inadmisible.
El Bien no es violento, pero el Mal lo obliga. El enemigo, siempre culpable, merece que le retuerzan el pescuezo. El fanático no puede distraerse, porque el enemigo acecha por todas partes. También está dentro del espectador callado, que en cualquier momento puede llegar a opinar que el rival está jugando correctamente, y entonces tendrá su merecido. (1)
(1) Galeano, Eduardo. El fútbol a sol y sombra y otros escritos.Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1995, p. 15.

Las expresiones “aficionado” y “fanático”, mal utilizadas en el mundo deportivo para referirse al grupo de gente que apoya a uno u otro equipo, en muchas ocasiones nos servirán como punto de referencia para entender las actitudes de algunos aficionados y, sobre todo, el subtipo de aficionado del cual trataré y procuraré definir a partir del texto de Simmel como el “aficionado de moda”.
En primer lugar, existen “aficionados” que se definen como “apolíticos”. Dicen que no les gusta la política; sin embargo, no comprenden la dimensión de ella en diferentes aspectos que abarcan desde la religión hasta el deporte: creen que no existe tal relación y no obstante, sostengo que no sólo existe, sino que a todos atañe.
La política deportiva se podría definir como el proceso de la toma de decisiones a través de un organismo deportivo que dan un carácter positivo o negativo dentro de las franquicias o equipos que lo componen y cuyo resultado afectará o beneficiará tanto a los procesos internos y reglamentados, como a los externos en los que terceros se ven involucrados y a su vez puede servir como un distractor perfecto ante asuntos de carácter relevante en la política interna de algunos países que, a través del entretenimiento, pretenden desviar la atención de las personas.
Ahora bien, algunos aficionados son afines a equipos controversiales que, lejos de hacer una dignificación del juego limpio, se han visto implicados en escándalos deportivos. Por dar un ejemplo, un escándalo a nivel internacional fue en torno a la NFL donde el hasta entonces reconocido equipo de los Patriotas de Nueva Inglaterra y la figura de su ibidem quarterback Tom Brady se vieron inmiscuidos: el tan sonado desinfle de balones o “Deflategate” (2)
(2) Para más detalles al respecto del caso, se recomienda revisar la cronología presentada por ESPN en el siguiente link: “Cronología del escándalo de los balones desinflados de Brady y los Patriots” por Servicios de ESPN.com.http://espndeportes.espn. go.com/news/nota/_/id/2463964/cronologia-del-escandalo-debalones-desinflados-de-brady-y-los-patriots del 3 de septiembre de 2015 [Consultado el 27 de junio de 2016]

Algunos argumentan: “Eso fue un “chisme” porque los “Pats (3)” son “el equipo más odiado de la NFL y le tienen envidia”. Lo cierto es que a pesar de esto, no reconocen al resto de los equipos: aquéllos que tienen un gran historial en cuanto al deporte y que incluso, históricamente hablando, tienen aún un gran reconocimiento como lo son los Empacadores de Green Bay o los Vaqueros de Dallas, y dedican la mayoría de su tiempo a hablar mal sobre ellos: creen que lo hacen porque son aficionados reales, ya que sostienen que siguen a Brady desde “que no era nada”. Dice Simmel:
(3) Sobrenombre que algunos aficionados le han puesto “de cariño”
[...] La imitación proporciona al individuo la seguridad de no hallarse solo en sus actos y, además, apoyándose en las anteriores ejecuciones de la misma acción como firme cimiento, descarga nuestro acto presente de la dificultad de sostenerse a sí mismo”.(4)
(4) Simmel, Georg. La filosofía de la moda. 2ª Edición, Ed. Casimiro, Madrid, 2015, p. 34.