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  • Eder Elber Fabián Pérez

La poesía mística de Evodio Escalante


Tania Victoria / Secretaría de Cultura CDMX


Salmos sueltos. Evodio Escalante. México: Tinta nueva, 2022.


La poesía religiosa en México ha contado con grandes exponentes que han dejado una profunda huella en nuestro canon poético. Tan sólo por mencionar algunos nombres habría que citar a: Miguel de Guevara, José Antonio Plancarte, Miguel N. Lira, Alfredo R. Placencia, Manuel Ponce, Carlos Pellicer, Concha Urquiza, Javier Sicilia, etc. Por medio de versos que ahondan en lo secreto, en lo íntimo y en lo reflexivo; los poetas nos han mostrado su particular e intrigante visión entre la palabra divina y la palabra de los hombres. Salmos sueltos del crítico y poeta Evodio Escalante, ha continuado con dichas introspecciones desde una óptica renovadora, siempre pugnando por un arrebato conmovedor que logra penetrar en el alma de los lectores.

           

Con este nuevo poemario, Escalante logra dar un giro total y sorpresivo a lo que había hecho con Crápula, rompiendo con una estética satírica y hasta cierto punto provocadora. No obstante, Evodio no olvida de todo su anterior trabajo, recupera dos elementos esenciales. El primero es la reflexión filosófica que en Salmos sueltos se vuelve una constante, pongo como ejemplo los siguientes versos:


“Dichoso el hombre/ al que le arrebatan tolvaderas/ y cuando el sol vuelve a salir/ se mantiene entero y de pie”.

El otro elemento digno de resaltar, es el vínculo intertextual que guarda Salmos sueltos precisamente con lo que Genette denominó hipotexto; es decir con el texto principal o base del que se deriva el segundo: El libro de los salmos.



            Esta relación no sólo se vuelve evidente por medio de las reconstrucciones poéticas que realiza el autor, también por el tono intimista, profundo e introspectivo que el poeta logra recrear:


“Hiciste caer sobre mi cabeza/ el polvo de la muerte/ volviste de plomo mi corazón/ y culminaste tu tarea echando cenizas/ y colocando escamas en mis ojos”

Digno también de mencionar es que si bien, el vínculo que guarda Salmos sueltos  con el libro de los Salmos es identificable a primera vista, en su interior, el poemario de Escalante contiene una estrecha relación con otras obras de índole mística como los son: El libro de Job, Génesis, la poesía de Fray Luis de León y por momentos con Las confesiones de San Agustín. Notable también es como Escalante regresa a sus lecturas filosóficas, especialmente a Temor y temblor de Kierkegaard, para incorporar dicho pensamiento filosófico a su obra poética.


            Otro elemento a resaltar son los distintos tipos de tonos que despliega la voz lírica durante todo el poemario; pues si bien imperará un acento nostálgico, por momentos es destacable como esa voz convierte la nostalgia en un reclamo orientado hacía la figura creadora, prueba de ello son los siguientes versos:


“Me dijeron que había un pastor/ en el cielo que se preocupaba por mí/ ¿para qué quiero un pastor? / ¿para que quiero ovejas?/ Tendré que nacer otra vez/ para entenderlo” 

En otros momentos, pareciera que esa misma voz adopta un tono de ternura por medio de la cual parece rogar al Señor que interceda por él:


“Señor, deja que te cuente mis penas/ tengo enemigos en todas partes./ Antes podría asentarme / en donde quisiera; / en la Doctores/ o en la colonia Roma/ podía lavar carros/ o fungir de franelero/ Pero me la sentenciaron./ Le han puesto precio a mi cabeza”

Ante todo, en los anteriores versos es visible como la crueldad cotidiana resalta y penetra en nuestra psique a través de imágenes profundas.



Baste decir que, por medio de este poemario, Evodio Escalante se recrea sin olvidar de todo sus pasiones, sus nostalgias y los autores que han dejado en él una marca indeleble. No me parece exagerado decir que Salmos sueltos, a pesar de la brevedad, contiene expresiones insólitas, imágenes colmadas de emotividad, un tono intimista y una musicalidad apacible, elementos todos que utiliza el poeta con el objetivo de tocar nuestras fibras más sensibles.

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