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  • Ímuris Villalobos Brena

ANONI-MATO


Sentada, completamente “limpia”, sólo viendo y escuchando ruidos en el ambiente, un tanto inaudibles y otros un tanto reconocibles como la grabadora de los fierros viejos y una tetera en su punto máximo, esperando con las manos cruzadas sobre la mesa, mirando un reloj que marca las 11:30. El entorno se nota un poco tenso, y la poca calma se dispersa con su llegada; en la mano trae una taza, se acerca sin dejar de mirarme, toma un lugar justo a mi lado izquierdo y cuestiona:


- ¿Entonces, qué quieres?

- Yo, solamente quiero conversar con usted, saber cuál es su percepción sobre la muerte.


Sujetando una taza, bebe su contenido, parece ser café para acompañar el pan, que está sobre la mesa, sin dejar de mirarme como si fuese un cazador, después tragar, prosigue.


- La muerte… ¡ppff!... creo que, si alguien hubiera hablado conmigo de eso antes, tú no estarías precisamente aquí.


No sé cómo lograste llegar hasta acá, pero, fíjate, una persona que le pregunta a alguien como yo sobre su visión sobre la muerte, siendo que; número uno; eres una mujer sin acompañante, dos; te ves tan inmadura que ni tú sabes que has estado tan cerca de la muerte toda tu vida.


Mira, (dándole una mordida a su pan, prosigue) cada cabeza es un mundo …, para unos la muerte puede ser un negocio, para otros el temor de perder a un ser amado, para otros un trauma, para otros la salvación al infierno terrenal o simple idiosincrasia, y otros simplemente un hecho natural o hasta de culto.


Te voy a poner ejemplos; tú, vienes a mi casa, dices que sólo te gustaría conversar conmigo, no sé si eres periodista, estudiante, una chismosa o qué sé yo…


En mi interior sólo pensaba; ¡¿Acaba de decirme “chismosa”!?, ¡qué déspota!


- Sólo soy una empleada que quiere saber sobre su percepción y escribir sobre ello, nada más.



- Bueno, como sea, a lo que voy es que tú estás más cerca de la muerte sin darte cuenta, te lo digo porque andas merodeando, buscando una respuesta a lo que ves frente a tus ojos.


Te diste el lujo de venir a buscar a un asesino, sin problema podría matarte, primero arrojaría mi café caliente sobre tu cara, asfixiarte, quebrarte el cuello como a un animal o darte un somnífero y posteriormente desmembrarte, simplemente estás en un territorio negro, ¿captas?, y nadie sabría de ti, te dije que te desconectaras desde la México-Cuernavaca e ingresaras limpia, ¿lo entiendes?, serías un carpetazo, te fugaste o tuviste un accidente o una muerta más, los contactos sirven de mucho, como para el respeto a mi trabajo.


Por personas como tú existen los crímenes, buscan y toman riesgos innecesarios, vieras cuántas de ustedes vienen a buscarme por trabajo o venganza excepto las que tuvieron deudas conmigo, ustedes son la razón, y luego, andan lloriqueando porque son las “víctimas”, ¡NADIE!, ¡ESCÚCHALO BIEN, NADIE ES VÍCTIMA!, ¡EN EL MUNDO NO HAY HÉROES Y VÍCTIMAS!


(toma sorbos de su café mientras hace muecas de molestia, y sigue)


Te aseguro que tú en tu vida has matado, y no me refiero a una persona, sino a un animal, un ratón, un insecto, una araña, etc., y todas esas cosas de las que quizá alguna vez pudieron culparme, tortura, homicidio en quién sabe qué grado y todas esas mierdas policiales.

Déjame preguntarte, ¿has matado?


- Sí, pero no a un…


- ¡HASTA AHÍ! ¡HASTA AHÍ! La pregunta fue si has matado, no dije si has matado insectos o animales o a una persona, sólo te pregunté “¿has matado?”, y tu respuesta fue ¡SÍ!

¿Ahora lo ves?, todos hemos matado, hasta con el pensamiento.


Dándole sorbos a su café y terminando su pan, el sujeto comenzó a juguetear con sus dedos índice, pulgar y medio, como si se limpiara las migajas de su alimento.


- Nuestros pensamientos son poderosos, nosotros nos manipulamos automáticamente con ellos, podemos pensar que nuestra pareja puede ser infiel y creerlo, podemos pensar que hay un fantasma, y lo creemos, podemos pensar que la muerte nos protege y rendirle veneración por nuestra creencia.

No estoy juzgando a nadie, cada quién crea su propia mierda en la cabeza, y perdón por la palabra, pero es la verdad.

Una vez mi mamá me dijo que los pensamientos son tan poderosos que te crean imágenes en los sueños y sueños en las personas.

¿Sería burdo si te digo que el temor de este asesino es ver a mi madre morir?


- No, ¡para nada!, yo pienso que las madres son lo más sagrado en este planeta.


- Bueno, como te digo cada cabeza es un mundo.


Por un momento se quedó enmudecido, sólo mirando un punto y sólo trataba de quitarse algo entre los dientes con la lengua con los labios cerrados.


- Mhhh… ¿Hubo algo que lo motivó para cometer todas esas muertes?


- Hablar de inspiración, es algo vano, no creerás que todos los asesinos tenemos una asociación o un sindicato ja, ja, ja, ja, o que me inspiré en alguien para cometerlos, eso sería mediocre de mi parte.


Los motivos que me llevaron a hacerlos en su momento simplemente quedan entre la persona, sus pecados, y yo, y así como se lo llevaron a la tumba, yo los llevo cargando hasta que me muera, yo ya estoy pagando mi sentencia, estoy pagando mi silencio, sólo te diré que nadie es inocente.


¿Ves tu chaqueta?, ¿de qué es?, sólo se nota que es piel, y se siente suave, creo que es de borrego. Hace uno momentos te decía que estás más cerca de la muerte, y mira, justamente traes cargando el símbolo de la muerte de un inocente. Con eso te digo que tú y yo en eso somos muy similares, traes cargando tu muerte como yo con las mías.


- ¿Siente que algo ha cambiado en usted?


- ¡Todo cambia, nada es!, mi pensamiento cambió desde el primer momento en que vi la sangre, el asco, el miedo, el pulso, el gusto, todo. Una vez me hicieron ver videos de personas que cometían crímenes, y no te hablo de las estupideces del gore, o el snuff… ¡no!, eran crímenes reales, lo más crudo que te puedes imaginar, al verlo sientes que es insoportable, sin duda no es igual verlo como espectador que ser el actor. Es como si te preguntara, ¿te gustaría ir al cine a ver la película? o ¿te gustaría ser el protagonista de la película?, uno pierde dinero y tiempo y el otro gana, dinero y fama, ja, ja, ja.


- ¿Te has arrepentido de tus crímenes?


- Todos necesitamos de todos, alguien necesita ser parte del caos para mantener el orden y de vez en cuando mancharte para redimir a los demás, para luego redimirte, como si se tratara de un ciclo.


- ¿Considerarías que tu vida es normal?


- ¿A qué te refieres?, no soy estúpido, tengo manos, tengo pies, vista, tengo todo lo que toda persona “normal” puede tener. Ya que si te refieres a que si tengo familia, amigos, y todo lo que involucra un estereotipo de vida, ¡sí!, puedo decirte que quizá tenga hijos, que tengo a mi madre, que es lo que más amo en este mundo y que sin duda ella y mi tío son mi familia, tengo perros, comida no me falta, amigos… digamos que nacimos solos, pero que si tuviera a alguien en quién confiar, sería únicamente mi familia. Ellos saben por lo que pasé y sin duda, me han brindado su ayuda, y apoyo también.


- ¿Consienten tus crímenes?


- No, por eso tratan de ayudarme, pero eso sí te digo, todo eso quedó conmigo, sé que no se irá, pero si me preguntas si lo volvería a hacer, la respuesta sería, sólo por ellos lo haría, si se meten con mi familia, me vuelvo a manchar las manos, y no le temo a la muerte, ella sabe que yo estoy muerto, que todos estamos muertos.


La gente que ves pasar está muerta, incluso tú lo estás, sólo es cuestión de tiempo y espacio, bien lo dice la gente “ya le tocaba”, sólo es estar en el momento correcto y el punto correcto, y aplica para todo; asesinatos, accidentes, desastres naturales, y hasta el suicidio, todo.

¿Dime, ya te di miedo?, ¿verdad? Ja, ja, ja.


- No, creo en lo mencionado, lo más sagrado es mi familia y temo más por la muerte ajena que por la propia.


Y por el momento sólo me he quedado meditando lo que hemos conversado.


- No temas, como bien lo dices, lo ajeno duele más, pero, no nos ponemos a pensar que, a veces la muerte propia se puede convertir en la muerte ajena, ya sea física, mental o sentimental.

La rueda de la fortuna sigue girando, se llama mundo, el cual está plagado de muertos que asesinan diariamente, es lo inevitable.


Sentada, en una silla escuchando la voz en off de lo que mi cerebro puede omitir, sólo me quedo pensando las razones de este sujeto, si la muerte es un todo, ¿Cómo podemos dirimir entre la vida y la muerte?, ¿Cuál será mi momento y mi hora precisa?, ¿Qué andaba buscando?, ¿lo encontré o sólo inicié el primer paso para su búsqueda?, ¿de esto se vale la idiosincrasia de la muerte?, ¿acaso todo somos como este sujeto? ¿Por qué sus respuestas llegaron a ser a veces tan humanas? ¿Por qué se encontraba tan similar a una persona “normal”? ¿Somos muertos y asesinos anónimos?

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