El serrallo y la muerte
Dra. Elisa G. Cuevas Landero

¡Oh muerte! ¡Oh muerte!
Cuánto duele tu desdén
por este cuerpo que
reposar quiere en el edén.
¡Ay Parca! ¡Ay Parcuchita!
Si es por covid, por viruela, o sarampión,
o, tal vez, por el corazón
venid por mí, pero justo a la sazón
¡No antes por favor!
Después, tampoco flaca.
Tiene que ser exacto,
el momento de palmar.
La huesuda entonces respondió
-después de oír tal petición-,
¿de qué sabor tú quieres
tu nieve de limón?
Y en silencio se llevó
a quien el tiempo preocupaba;
pues por querer ser puntual
antes de tiempo siempre llegaba.
Georgina era su nombre.
Ya que Jorge quiso nunca ser;
pues, demasiado le pesaba,
el apelativo, en el burdel.
Y el deseo se cumplió
porque, ni antes ni después,
la Calaca Lilly,
por él a tiempo llegó.
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