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  • Mariela Monserrat Arroyo Serrano y Sofia Meza

A los besos que no he dado


Se acercan estas fechas nostálgicas y coloridas, en mí cada año causan alegría, y otros

Recuerdan tristemente una eterna despedida.


Ésta ocasión no estoy de humor, no veo los colores en el papel picado, no percibo el embriagante aroma a cempasúchil, no tengo deseo de volver verbo el festejo y no puedo darle un predicado sin sentido ordinario.


A lo lejos se distingue tu excéntrica silueta, silenciosa y de enigmático semblante. Hoy vienes a cumplir tu parte.


Se que has venido por mí muerte querida, pero ¿no te has dado cuenta que desde hace 8 meses he emprendido mi partida?


Yo ya no estoy en este plano, y solo mi piel está vagando.


Te llevaste mi vida al tomar la forma de lo que hoy amenaza el avanzar de la misma.

Te llevaste a familiares y amigos.

Te llevaste mis momentos preferidos.


Te llevaste los abrazos que no eran escasos y los cielos morados que nos regalaba el frío amanecer, mismo que nos hacía merecer un café. Además volviste un recuerdo para muchos la FES.


Y te llevaste lo más dulce que no he brindado, te llevaste los besos que aún no he dado, ese que seguramente que estarás robando y que resguardaba para un momento dorado.

Ahora los tiempos han cambiado.

Un beso en cuarentena significa todo y nada,

El sentir de los labios impacta hasta el alma, puede moverte el tapete o no tocar tus huesos, pero la muerte siempre a todos reparte besos.


El tequila puede parecer una maravilla

causar lo mismo que un beso en armonía,

pero un día en Acatlán se dijo la catrina, en donde mira apunta fijo.

Un beso en el resguardo puede sentirse como un dardo

Pero en el corazón no importa quién te lastime.


Mientras la catrina no te mire de forma sublime.

En Acatlán se encuentran muchos amores, aunque muchos dicen que también horrores. Pero se dice que los besos tienen el mejor de los sabores.

Los alumnos pueden parecer sensibles, pero en el fondo es bastante impredecible.

La pandemia nos quitó las salidas, nos quito las tardes bien vividas.


Pero mientras dura debemos cuidar nuestras vidas. El cubrebocas nos salva del virus, resguarda los labios y las sonrisas que le brindaba a diario.

pero la huesuda con un beso de muerte, puede mandar el resto de mi cuerpo a una tumba que hay que cavar, ahora veo que con el resto de mi ser estás dispuesta a acabar.


Pero ahora sin poder sentirlo en mi estado mortal, vamos a cruzar el famoso portal, me has robado el beso que no le he dado, sin pena ni gloria doy por terminada mi historia.

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