top of page

A ver qué pasa…

Marco Antonio Hernández Aguilar

Ayer dormí en la calle. Recién acabo de llegar de mi pueblo para tratar de encontrar un futuro aquí en México. La ciudad es muy grande y todos van corriendo a todos lados, pero parece que no hacen nada. Limpiecitos, bien vestidos, bien comidos. No es como allá en el pueblo donde el día comienza a las cuatro de la mañana; donde te vas al cafetal namás con un café en la panza.

Aquí para ir a cualquier lado hay que agarrar camión; allá no, allá se camina, en el cerro, entre los árboles. De día o de noche. Aquí me ven raro por no traer zapatos, si supieran. Allá esos zapatitos que traen, por más bonitos que estén, no les servirían de nada.

Aquí toman agua en botella; allá se toma agua del chorro, de donde nace el río. Me ven raro porque no me visto como ellos. Aquí hasta el más jodido se pone su saco y su corbata. Me ven raro porque ando cargando mi caja. Porque acabo de llegar. Ellos me ven raro porque voy llegando y yo los veo raro porque no sé a dónde van. La ciudad es fría, huele feo, a miados.

Tengo hambre, lo que daría por un pozol. Ni modo, no me queda de otra que ver qué puedo conseguir.

El Juan se vino hace un año, a vender sus artesanías. Ya tiene rato que no sé d'él. Ojalá lo encuentre. Andar caminando solo sin conocer da miedo.

Ayer que llegué y me puse a caminar, una patrulla se me emparejó y avanzaba a mi paso. ¡Qué voy a ser peligroso!, tengo más miedo que un ratón al gato andando aquí en México. Ni modo, tengo que seguirle. O me regreso para morirme de hambre o me muero de miedo con unos pesos en la bolsa.

A ver qué sale...

 

 


bottom of page